De educadora civil a militar: ¿cómo es trabajar en los Cendis de Sedena?
De educadora civil a militar: ¿cómo es trabajar en los Cendis de Sedena?. Foto: Especial
De educadora civil a militar: ¿cómo es trabajar en los Cendis de Sedena?
De educadora civil a militar: ¿cómo es trabajar en los Cendis de Sedena?. Foto: Especial

En los 10 Centros de Desarrollo Infantil (Cendis) de la Sedena en el país, trabajan 489 educadoras, quienes atienden a los hijos de miembros del Ejército y Fuerza Aérea; para ello, deben contar con formación profesional y reciben instrucción militar.

En entrevista con Ángulo 7, la capitán primero educadora Miriam De Jesús Méndez explicó que los Cendis fueron creados por la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) para que las hijas e hijos de miembros del Ejército o Fuerza Aérea Mexicana reciban cuidados desde los 43 días de nacimiento y educación hasta los cinco años con 11 meses.

México cuenta con diez centros de este tipo que funcionan las 24 horas del día los 365 días del año dentro de bases militares, donde atienden en diferentes turnos de trabajo y cuentan con personal médico, de alimentación y psicológico, explicó la también jefa del área pedagógica del Cendi número 2 del Estado de México.

En los Cendis de la Sedena, se requiere de personal que cumpla con la función de asistencia educativa y de crianza. Los perfiles elegibles son licenciadas en educación preescolar, asistentes educativas o puericultistas.

Aprenden a marchar y disparar armas

Una vez dentro de los Cendis, en automático se convierten en miembros del ejército mexicano. Para ingresar, se requiere de por lo menos un año de experiencia en educación infantil.

Como militares de grado, las educadoras militares deben sujetarse a concursos para subir de categoría, pero también pueden continuar con su preparación profesional por medio de cursos en el medio civil.

Asimismo, desempeñan servicios una vez a la semana para cuidar la disciplina, orden y seguridad, así como coordinar las actividades que se desarrollan en el Cendi.

Aprenden a utilizar armas y a marchar, además de que participan en cursos para recibir capacitación en materia de derechos humanos, leyes y reglamentos, así como de educación pública para cumplir con las misiones encomendadas.

Sin embargo, no deben permanecer acuarteladas, pues diariamente acuden al Cendi a cumplir su horario y posterior a ello pueden retirarse a sus casas.

Una experiencia distinta, pero enriquecedora

De Jesús Méndez tiene 13 años trabajando en el Ejército a través de su labor como educadora. Ella describe su empleo como “una oportunidad de crecimiento personal y laboral”.

Al preguntarle si es difícil su labor, comentó que es cuestión de estar comprometida y entregada al cuidado de los niños y niñas.

“Es un trabajo agradable estar aquí en el medio. Es ajustarse a las leyes y reglamentos que como instituto nos marcan para poder trabajar en armonía, tanto en el trabajo con los niños como con nuestros superiores“, detalló.

En su caso, debido a la preparación que decidió hacer, actualmente es jefa del área pedagógica y se encarga de supervisar el trabajo de las educadoras y si ponen en práctica los conocimientos, planes y programas que establece la Secretaría de Educación Pública (SEP).

A veces son “mamás” de sus alumnas y alumnos

Comentó que el alumnado tiene tiempos de estancia prolongados dentro de los Cendis, por lo que algunos menores llegan a decirles “mamá”, situación que no le incomoda y entiende que es normal debido a la similitud de las vestimentas.

“Al vernos vestidas de verde te dicen mamá. Entonces, tú atiendes a esa demanda emocional que tiene el niño (…) Si requiere de ese amor, ese cariño materno… estamos [dispuestas] de alguna manera a fluir en esa parte, de que los tenemos que ver a veces hasta como nuestros hijos para poder realizar nuestra tarea de la mejor manera”, aseveró.

Durante sus años de labor, la capitán contó que ha visto crecer a quienes fueron sus alumnos. Algunas veces los encuentran en la calle y la reconocen como un pilar en su crianza. Además, algunos compañeros suyos les platican cómo crecen sus hijos tras haber pasado por algún Cendi.

“Sí hemos recibido visitas y nos los hemos encontrado en la calle. Algunos de ellos igual con esa proyección ya son jóvenes que intentan ingresar al Ejército y Fuerza Aérea, ya sea por sus maestras o por sus mismos padres que fueron militares y que ellos desean también ser militares”, añadió.

Invitan a profesionistas a unirse a Cendis de Sedena

En los Cendis de México, laboran 483 educadoras y seis educadores para brindarle atención a 815 niños y mil 270 niñas.

Ante la demanda de educadoras, De Jesús Méndez invitó a las profesionistas de este ramo a unirse a las filas de estos centros, pues calificó la experiencia como algo “único”.

“Aunque portamos un uniforme verde, en cuanto al servicio que se proporciona a los niños es totalmente algo incondicional, algo profesional. Sentimos que los niños son lo que marca el futuro de nuestro país, entonces tenemos una gran labor que nos compromete día con día”, afirmó.

RE: LPR

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