Revalorización de milpa contribuirá a la soberanía alimentaria en México
Revalorización de milpa contribuirá a la soberanía alimentaria en México. Foto: Especial
Revalorización de milpa contribuirá a la soberanía alimentaria en México
Revalorización de milpa contribuirá a la soberanía alimentaria en México. Foto: Especial

El Modelo Productor Innovador (MPI) plantea revalorizar a la milpa como siembra de autoconsumo y contribuirá a lograr la soberanía alimentaria en México, pues produciría 9 millones de toneladas de maíz al año para alimentar a 54 millones de habitantes para disminuir el déficit que tiene el país de 17 millones de toneladas.

Así lo explicó en entrevista para Ángulo 7, Miguel Ángel Damián Huato, investigador del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias de la BUAP, quien en su libro “Milpa, diálogo de saberes y soberanía alimentaria” demostró que en 3 millones de hectáreas en las que se siembra milpa en el país, alimentarían a 54 millones de personas, al cosechar 9 millones de toneladas. Actualmente, se obtienen 4 que alimentan a unos 20 millones de integrantes de familias campesinas.

A propósito de la próxima visita del presidente Andrés Manuel López Obrador a Puebla y otros estados para impulsar la producción para el autoconsumo de granos básicos, el investigador comentó que el país consume 44 millones de toneladas de maíz, de las cuales solo produce 27 e importa 17 millones.

No obstante, con la pandemia y la guerra de Ucrania, el precio de este grano aumentó y consigo el costo de la tortilla y alimentos como carne de pollo o res. Por ello, planteó que cultivar maíz, frijol y calabaza, o mejor conocidos como milpa, podría subsanar la crisis alimentaria que enfrenta el país, sobre todo para el sector más pobre.

En su libro, propone que de las 7 millones de hectáreas que se siembran en el país, de las cuales 6.2 son de temporada, en 3 millones se siembre milpa, que son las de minifundio para que sean cosechadas 9 millones de toneladas de maíz, que tendrían una capacidad de alimentar a 54 millones de habitantes, de los cuales unos 30 millones son rurales.

El MPI, que plantea en su libro, consiste en la siembra de milpa, justificada porque en los nueve municipios de Puebla y 60 de Tlaxcala que estudió, los productores tienen baja, media y alta productividad de maíz, pero los que producen más, lo hacen por medio de la combinación de este grano, frijol y calabaza.

La explicación que dio es que los agricultores de milpa utilizan el “diálogo de saberes”, que incluye la asociación de cultivos, la conservación de suelos, la aplicación de estiércol como abono orgánico, rotación de cultivos y sobre todo la siembra de semillas nativas.

Lo anterior es contrario a las prácticas actuales que los productores de maíz realizan, como el monocultivo, es decir como una sola planta, donde utilizan tecnologías modernas como fertilizante, híbridos, insecticidas y herbicidas.

Expuso que, en su libro, evaluó el Paquete Tecnológico propuesto para el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap), que por decreto presidencial debe generar tecnologías agrícolas, mismo que contrastó con las prácticas agrícolas que hacen los maiceros de temporal en el campo.

El patrón tecnológico de los productores que el investigador encontró como eficientes lo denominó MPI, quienes siembran milpa, por ello si los campesinos menos productivos copian ese modelo pueden duplicar sus rendimientos en menos de una década.

Incluso, aparte de cosechar maíz, los agricultores cosecharían 750 mil toneladas de frijol y 600 mil toneladas de pepita de calabaza al año, por consiguiente, insistió en la importancia de la creación de políticas públicas para fomentar este tipo de práctica.

Otros beneficios de sembrar milpa

El investigador señaló que otros beneficios de la milpa es que el maíz nativo que atraviesa la nixtamalización y luego se convierte en masa, duplica su peso, de tal suerte que en automático su volumen puede ser consumido por el doble de personas que con el maíz normal se contemplaban.

“Si mejoramos el patrón tecnológico de los productores, como por ejemplo, en lugar de sembrar en una mata cuatro semillas a cada 60 centímetros, si sembramos cada mata a 30 centímetros con dos semillas, se incrementaría el rendimiento”, aseguró.

Además, con el uso de composta y bioinsumos, se puede incrementar de manera importante el rendimiento por hectárea e incluso duplicar las cosechas, por lo que recalcó la importancia de que los agricultores que tienen siembras menos productivas “copien” el sistema de los productores de milpa.

“En un período máximo de una década se estaría incrementando la producción del maíz en un 300 por ciento”, señaló.

¿Por qué la milpa es más productiva que el monocultivo?

Damián Huato manifestó que el éxito de las milpas se debe a que la planta del maíz es catalogada como “c4”, es decir, requiere mucha luz para hacer el proceso de fotosíntesis, mientras que el frijol y la calabaza son “c3”, eso quiere decir que requiere menos luz, situación que es cumplida al tener la protección de la planta de maíz, por lo cual crecen “en colaboración”.

Dicha combinación provoca que las tres plantas trabajen a su máxima capacidad en la fotosíntesis, que es la transformación del carbono, el agua y los nutrientes en productos orgánicos, capturando así nitrógeno atmosférico, componente que explicó el investigador, es el alimento más importante para las plantas, incluso por ello, los campesinos acostumbran a “barchebar”.

Otro beneficio es que las leguminosas conviven con unas bacterias en sus raíces, donde también dan nitrógeno, además de que en esas partes de las plantas, las leguminosas le dan ciertos alimentos para realizar el proceso simbiótico.

“En promedio, las bacterias que conviven con las plantas leguminosas capturan al año 200 kilogramos de nitrógeno puro, que equivaldría, por ejemplo, a una tonelada de sulfato de amonio, que es otro fertilizante”, refirió.

Asimismo, hay estudios que señalan que el maíz se asocia con hongos micorrízicos que también hacen simbiosis y provocan que en el subsuelo se extienda el área radicular del maíz para que pueda absorber más nutrientes y obtengan más alimento, es decir, la hace más fuerte.

Olvidan la importancia de las arvenses

Comentó que en la actualidad, los agrónomos desestiman las plantas arvenses o conocidas como maleza, aunque son importantes para la tierra, pues mantienen el agua y aportan nutrientes; “es biomasa que va a ser descompuesta por microorganismos que están en el subsuelo”, dictaminó.

Esos microorganismos, derivados de las arvenses, se transforman en materia orgánica para ser ocupada en las plantas cultivadas, por lo que aporta nutrientes que optimizan la producción de maíz, frijol y calabaza.

Igualmente, criticó que con el monocultivo y las nuevas prácticas que buscan eliminar la maleza por medio de herbicidas, la tierra se encuentra en sequía, pues si se quitan este tipo de plantas, el subsuelo no puede retener el líquido vital, lo que se suma a la crisis alimentaria.

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