Gobiernos ignoran 90 % de recomendaciones de CNDH para sanear el Atoyac
Contra desastres, habrá 3 estaciones más para medir niveles de ríos en Puebla. Foto: EsImagen
Tala y descargas ilegales azotan al Atoyac en Barranca Honda y Luz Obrera. Foto: EsImagen

La tala de árboles, descargas ilegales, desechos sólidos y la invasión del área provocaron que el Río Atoyac esté 10 por ciento más contaminado que hace diez años, siendo en las colonias Barranca Honda y Luz Obrera los puntos más alarmantes de la capital de Puebla.

A su paso por San Pedro Cholula, al afluente se incorpora el río Rabanillo, al cual las textileras del municipio de Cuautlancingo arrojan descargas de forma inmoderada, por lo que al llegar a la Angelópolis la contaminación es mayor, aunada a lo que las empresas poblanas arrojan.

Así lo señaló el Diagnóstico del Río Atoyac realizado por especialistas de la Universidad de Chapingo a petición del ayuntamiento de Puebla, el cual reveló que el Índice de Contaminación del Agua (ICA) es de 125-135 debido a la alta presencia de amoniaco, mercurio, cloruros, sulfatos, nitratos y grasas.

Todo esto derivado de los distintos desechos que empresas, unidades habitacionales y concesionarias del servicio de limpia arrojan.

Myriam Arabián Couttolenc, regidora de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente, refirió que lo que más se arroja al río es aceite automotriz, pinturas, tintes textiles, baterías caseras, acumuladores, llantas, plásticos y desechos industriales.

Desmedido lance de desechos urbanos

Lo anterior se puede constatar a simple vista, como ocurrió hace unos días en un video difundido en redes, además de que recordó que de las 8 mil empresas que hacen descargas en el río, al menos 3 mil 200 –40 por ciento– hacen descargas sin permiso ni regulación, pues operan en la clandestinidad y se desconoce qué arrojan, en qué proporciones y con qué periodicidad.

A esto se suman los desechos sólidos que arrojan los particulares (escombros de construcción, electrodomésticos, basura inorgánica y aceites automotrices), así como lo que va a parar ahí gracias a la lluvia, el aire y la falta de árboles.

La cabildante panista explicó que “si hubiera más árboles” detendrían al menos el 50 por ciento de la basura que se llevan el aire y la lluvia al río, pues son filtros naturales.

De igual forma, señaló que la invasión de predios a las orillas del Atoyac ha provocado buena parte de su contaminación, ya que, además de los complejos inmobiliarios exclusivos como Lomas de Angelópolis o la Vista, en unidades habitacionales como La Margarita, Loma Bella o agua Santa, hay construcciones irregulares que desembocan sus drenajes en el río.

Falta regulación y vigilancia

Las consecuencias, dijo, van desde daños severos a la salud, como los dados a conocer en marzo por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), hasta grandes sumas de gasto público para limpiar algo que se pudo prevenir con regulaciones efectivas.

En este contexto, Arabián Couttolenc reconoció que hace falta en la capital poblana establecer un mecanismo regulación de descargas, así como una ley que especifique qué no se puede arrojar y en qué proporción, la cual esté acompañada de un órgano facultado para vigilar y sancionar a empresas y particulares.

Para ello, agregó, se trabaja en varios proyectos de ley que obliguen a disminuir la contaminación, para que a la par de que se ejecute el Plan de Saneamiento -que se estima dure 15 años- se disminuyan las descargas.

Ante dicho escenario, el estudio plantea como acción inmediata la construcción de un colector que recoja todas las descargas líquidas, así como una planta tratadora de agua para sanearlas y luego reutilizar el resultado sin arrojarlo al río.

Al diagnóstico se agregarán observaciones que especialistas internacionales harán en un foro que se realizará del 25 de junio al 1 de julio, para acordar cuáles serán las primeras medidas de saneamiento y se inicien de manera inmediata.

incendios forestales