Las instituciones de seguridad en el país han priorizado las políticas de mano dura, soslayando el respeto a los derechos humanos, lo cual se debe revertir porque no han solucionado el aumento de la violencia; el nuevo concepto es “seguridad ciudadana“.
Así lo señaló Santiago Aguirre Espinosa, subdirector del Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en la inauguración de los diplomados del Programa Latinoamericano Interuniversitario en Derechos Humanos de la Ibero Puebla, quien reiteró que la política de mano dura debe ser sustituida por una que ponga en el centro a la persona.
Explicó que el dilema en la problemática de seguridad que vive Latinoamérica está determinado por la relación entre seguridad y derechos humanos.
Agregó que en México otros problemas son tener un estado de derecho débil y una democracia en vías de consolidación”.
En este contexto, consideró que, ante fenómenos como la violencia de género y el aumento en la tasa de homicidios, hay un impulso a políticas de mano dura, como la pena de muerte, por lo que la labor de organizaciones como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos consiste en indicar políticas que vinculen seguridad y garantías individuales.
Seguridad ciudadana
Este tipo de enfoque se denomina —insistió— “seguridad ciudadana”, que se concibe como una condición generada por el Estado y que pone en el centro a las personas y no a la seguridad de las instituciones.
Lo anterior porque también ante conflictos sociales, se prioriza la represión y no la atención de las demandas ciudadanas.
Por su parte, en su discurso inaugural, Fernando Fernández Font, rector de la Ibero Puebla, indicó que el proyecto “brinda esperanza ante las problemáticas que hoy en día trascienden los países latinoamericanos” y expresó la necesidad de analizar las alteraciones y vulnerabilidades de los derechos humanos.
Explicó que en los diplomados participarán varios académicos, además de centros como el de Miguel Agustín Pro y otras organizaciones interamericanas.
Evitar egos para reestructurar tejido social
Asimismo, el presidente de la Asociación de Universidades Confiadas a la Compañía de Jesús en América Latina (Ausjal), mencionó que para reestructurar el tejido social es importante “evitar egos”, ya que “lo fundamental es entender lo que el otro quiere decir, cuál es la situación y tener claro que el enemigo a vencer no es el otro”.
Por su parte, Galilea Cariño Cepeda, directora del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría (Idhie) manifestó que Ausjal lleva varios años de vinculación con ellos, hecho que ha generado que los diplomados permanezcan, crezcan y vayan transformando las miradas de los derechos humanos en las regiones de América Latina.
