Para hallar el significado primordial de las voces “estados” y “constitución”, se debe retroceder a la del término “estar”, antepasado de ambos. El español hereda el verbo estar del latín stare, ‘sostenerse derecho’, ‘mantenerse en pie’, ‘sustentarse erguido’, y también ‘no moverse de un lugar’, ‘permanecer inalterado’, ‘seguir quieto en un sitio’, ‘subsistir’, ‘durar’, ‘quedar establecido, resuelto o decretado’: acepciones, todas ellas que han subsistido en nuestra lengua sin importantes alteraciones o matices de significación.

El primero de los derivados de stare que nos interesan es la palabra Estado, en su acepción de ‘entidad política soberana’, o bien, la octava acepción que registra la Academia: “En el régimen federativo, porción de territorios cuyos habitantes se rigen por leyes propias, aunque sometidos en ciertos asuntos a las decisiones del gobierno general”.  Con el afijo -tu-, con que el indeuropeo hace abstractos verbales, se forma st(a)tu, ‘modo de sostenerse en pie’, antecedente del latín status, el ‘hecho de mantenerse erecto’, también ‘situación’ (social, económica, artística, cultural).

Nicolás de Maquiavelo (1469-1527) empleó el término Estado, que se hizo clásico durante el XVI como “entidad sociopolítica y jurídica cuyo sello distintivo es la coexistencia de tres elementos: un pueblo, un territorio y una constitución, ésta en el sentido aristotélico de politeía, o sea un ‘ordenamiento superior’ como ‘forma de gobierno’.

A las lenguas romances politeía pasa con diferentes formas; entre ellas de ‘organización política’, ‘forma de gobierno’, esto es, ‘constitución’; el diccionario de la Academia (vigésima primera edición) registra: “Ley fundamental de la organización de un estado”. Constitución en nuestra lengua viene del latín constitutio, es la acción y efecto de constituere. ‘Poner una cosa junto a otra’, (literalmente, ‘constituir’), ‘establecer’, ‘instalar’, ‘fundir’, organizar’. El español hereda el verbo estar del latín stare, ‘sostenerse derecho’, ‘mantenerse en pie’, ‘sustentarse erguido’, y también ‘no moverse de un lugar’, ‘permanecer inalterado’, ‘seguir quieto en un sitio’, ‘subsistir’, ‘durar’, ‘quedar establecido, resuelto o decretado’: acepciones, todas ellas que han subsistido en nuestra lengua sin importantes alteraciones o matices de significación.

El artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos promulga que “En los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los derechos humanos reconocidos en esta Constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado Mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta Constitución establece.

A partir de lo anterior reflexionaremos en torno a los fundamentos constitucionales de la 4T. Se trata de articular conceptualmente los términos “Estado”, “Persona” y “Derechos humanos”. El Título Segundo Capítulo I en sus artículos 39, 40, 41 define los conceptos de “Soberanía Nacional” y de la “Forma de Gobierno”.

El artículo 39º establece que “La soberanía nacional reside esencial y originariamente en el pueblo. Todo poder público dimana del pueblo y se instituye para beneficio de éste. El pueblo tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.”

De esta manera la autoridad máxima del Estado mexicano reside en el Pueblo Soberano quien por su voluntad (artículo 40) se constituye todo poder público para beneficio del pueblo histórico quien “tiene en todo tiempo el inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno.” También por la misma voluntad se constituye “en una República representativa, democrática, laica y federal”. El Pueblo Soberano “ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión… y por los de los Estados y la Ciudad de México (artículo 41º)

Cabe destacar aquí los dos usos que deben tomarse en cuenta cuando se habla de “pueblo”. En primer lugar, como máxima autoridad que se expresa en el concepto “Pueblo Soberano” y un ejemplo de éste el “pueblo histórico” limitado por coordenadas espacio-temporales específicas. El pueblo insurgente comandado por Miguel Hidalgo-José María Morelos es diferente en condiciones históricas al pueblo liderado por Benito Juárez y del pueblo liderado por Andrés Manuel López Obrador.

El Pueblo Soberano se expresa a través de la Constitución Política que ha expresado la voluntad de los distintos pueblos históricos en las distintas Constituciones desde 1824. De las limitaciones del “pueblo histórico” dan cuenta las constituciones históricamente formuladas. pero, a partir de la constitución de 1857 el pueblo histórico mexicano ha integrado la racionalidad crítica y el laicismo como características fundamentales de su voz, de su logos.

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