Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

En el Partido Acción Nacional (PAN) y el Revolucionario Institucional (PRI) el reparto de diputaciones federales y senadurías por la vía plurinominal, fue como un motín, dejando de lado a nuevos perfiles y poniendo a sus allegados.

La excusa es la misma, que por la trayectoria, que porque si ese ha trabajado, que llevo proponiendo desde tiempo atrás; no obstante, ¿por qué no dar pauta a nuevos perfiles? Es decir, dejar a un lado las viejas prácticas que los mismos partidos aplicaban.

¿Pensando en ganar o sólo mantenerse con una mano en el poder? La sociedad poblana quiere ver propuesta y perfiles nuevos, no que pongan en duda la transparencia y se fomente nepotismo, no que en el discurso se diga una cosa y en la realidad se pone en práctica otra cosa. Hechos son amores.

Todo parece que queda en familia, pues Xitlalic Ceja García y Liliana Ortiz Pérez son los perfiles que más resuenan. La primera esposa de Lázaro Jiménez Aquino, exsubsecretario de Comunicaciones y Transportes con Mario Marín Torres y que también fuera diputada federal por el PRI de 2015 a 2018.

En ese sentido, Liliana Ortiz Pérez esposa del ahora exedil de la capital poblana, Eduardo Rivera Pérez, y dos veces titular del sistema municipal DIF, también salió en las listas plurinominales.

A ellas se suma Mónica Rodríguez Della Vecchia, esposa de Pablo Rodríguez Regorodosa, quien formó parte del equipo de negocios con la empresa Audi por parte del morenovallismo, y compañera en el Congreso de la Unión de Ceja García, va por la vía directa por una diputación federal.

Habrá que revisar todo lo que han hecho y lo que no durante sus cargos anteriores, lo que respaldará si se trata de nepotismo o de dedazo directo.

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