Puedes tener lunares malos, ¿cómo detectarlos y curarlos?
Puedes tener lunares malos, ¿cómo detectarlos y curarlos? Foto: Especial

Los lunares son una característica común en la mayoría de las personas. Hay quienes desarrollan cientos de ellos, mientras que otros tienen sólo unos pocos. Si tienes piel clara, es más probable que se presenten más lunares, con un promedio de 10 a 40, los cuales en muchas ocasiones se vuelven parte de tu imagen, sin embargo, en ocasiones hay lunares malos, que pueden ser lunares de cáncer de piel o melanoma.

Existen diferentes tipos de lunares malos, por ello debes tener cuidado y consultar a un dermatólogo con experiencia probada como los que laboran en la Clínica Dermatológica y Cirugía Estética que dirige el Doctor Arístides Arellano Huacuja. Los especialistas realizarán las revisiones necesarias para determinar si alguno de tus lunares es peligroso y debe retirarse con cirugía.

El Doctor Arístides Arellano Huacuja explica en entrevista que el tema de los lunares debe verse con cautela, pues por un lado debe cuidarse que no existan lunares malos o con melanoma, pero de igual forma advierte que no debe caerse en el miedo de pensar que todo nuevo lunar es perjudicial para la salud.

El especialista señala que la mayoría de los lunares son inofensivos, no presentan problemas de salud. Ellos son problemáticos principalmente desde un punto de vista estético por lo que muchas personas los ven como poco atractivos.

Médicamente se conoce como nevus melanocíticos, los lunares son manchas o parches negros, marrones o de color carne en la piel que se forman debido a la acumulación de los melanocitos, en algunos casos surgen desde el nacimiento. Estos son algunos de los lunares más comunes:

1. Lunar congénito: Cuando una persona nace con un lunar, se le llama nevo congénito. Aproximadamente una de cada 100 personas nace con uno o más lunares. Estos lunares pueden variar en tamaño, desde pequeños hasta grandes o gigantes. Se ha demostrado que los lunares congénitos grandes o gigantes (más de 20 centímetros) conllevan un mayor riesgo de desarrollar melanoma.
2. Lunar atípico: También conocidos como nevos displásicos, estos lunares suelen ser más grandes que el promedio (más grandes que el borrador de un lápiz) y tienen una forma irregular. Tienden a tener un color desigual, con mezclas de bronceado, marrón, rojo y rosa. Los lunares atípicos suelen ser hereditarios y tienen una mayor probabilidad de desarrollar melanoma.
3. Lunar adquirido: Los lunares que aparecen después del nacimiento se llaman lunares adquiridos y, por lo general, no son motivo de preocupación. Sin embargo, las personas que tienen más de 50 a 100 lunares adquiridos tienen un mayor riesgo de desarrollar melanoma que aquellas con menos lunares.

El Doctor Arístides Arellano Huacuja, director de la Clínica Dermatológica y Cirugía Estética , resalta que en estos casos en los que son lunares benignos pero pueden no gustarle a la persona, pueden ser eliminados con medicina estética, específicamente con la crioterapia y los peelings químicos profundos. Sin embargo, si se detecta que se tata de lunares malos deben retirarse con cirugía y el tratamiento es distinto.

¿Cómo saber si se tratan de lunares de cáncer de piel?

Si tienes un lunar que tiene un riesgo superior al promedio de desarrollar melanoma, es fundamental que consultes a un dermatólogo, realices autoexámenes de la piel y te protejas del sol. Los autoexámenes de la piel te ayudarán a reconocer los primeros signos de advertencia del melanoma. Aquí hay algunas pautas para realizarlos:
Utiliza el método ABCDE para la detección de melanoma:
A de asimetría: busca lunares en los que una mitad sea diferente de la otra mitad.
B de borde: observa si el lunar tiene un borde irregular, festoneado o mal definido.
C de color: fíjate si el color del lunar varía de una zona a otra, con tonos de bronceado, marrón, negro, e incluso blanco, rojo o azul.
D de diámetro: ten en cuenta que, si bien la mayoría de los melanomas tienen un diámetro mayor a 6 mm (el tamaño de un borrador de lápiz) al ser diagnosticados, pueden ser más pequeños.
E de evolución: presta atención a los lunares o lesiones cutáneas que se vean diferentes al resto o que estén cambiando de tamaño, forma o color.

Recuerda que los lunares pueden variar en tamaño, forma y color, incluso dentro de la misma persona. Pueden ser planos o elevados, y sus colores más comunes van desde el bronceado hasta el marrón, pero también pueden ser rosados, negros, azules o del tono de la piel. Algunos lunares pueden cambiar lentamente con el tiempo e incluso desaparecer.

No olvides examinar todo tu cuerpo, ya que los lunares pueden aparecer en cualquier lugar de la piel, incluso en áreas como el cuero cabelludo, entre los dedos de las manos y los pies, en las plantas de los pies, las palmas e incluso debajo de las uñas.

Recuerda que la detección y la prevención temprana son fundamentales. Realiza exámenes regulares de la piel y acude a un dermatólogo si observas cambios en tus lunares o en tu piel en general. Además, protege tu piel del sol utilizando protector solar de amplio espectro resistente al agua con un FPS de 30 o más, vistiendo ropa protectora y buscando sombra cuando sea necesario. Evita las camas de bronceado y ten cuidado alrededor del agua, la nieve y la arena, ya que reflejan los rayos dañinos del sol.

Si un lunar te preocupa, muestra uno o más de los signos ABCDE o es nuevo y parece inusual, no dudes en programar una cita con un dermatólogo de inmediato. Si bien la mayoría de los lunares no son melanomas, un dermatólogo experto como los de la Clínica Dermatológica y Cirugía Estética que dirige el Doctor Arístides Arellano Huacuja te pueden dar un diagnóstico acertado, y en caso de que sean lunares benignos pero ya no quieras tenerlos, también pueden ayudarte con medicina estética para desaparecerlos.

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