Ser producto de pinos navideños es gratificante, expresó Marcelino, y agregó que que genera muchos beneficios al medio ambiente como es la captación de agua, la conservación de la tierra y un sentimiento de cuidado a la naturaleza y a su vez ingresos por la gente que acude a comprarlo en estas fechas.
Así es como Marcelino Muñoz, describe su vida en los últimos 15 años que lleva dedicándose a esta actividad, siendo la primera generación de si familia, pues optó por explorar otras opciones y dejar a un lado la tradicional siembre de maíz, haba y frijol en Santa Rita Tlahuapan.
Con sus tres hectáreas con las que cuenta, en las que tiene una producción estimada de 5 mil árboles con especies douglas y vikingos, para él cuidar el proceso, desde que los siembra hasta que los corta, lo cual dura alrededor de 8 años, le provoca una sensación bonita.
“Siempre ha sido mucho apego al municipio con esta tradición, nosotros buscamos una opción de hacer algo diferente porque siempre se veía el frijol, el haba, el maíz, entonces tenía que ser algo distinto, darle una mayor economía y esto es una forma de trascender”, expresó.
Aunque durante estas fechas igual se da la venta de árboles navideños artificiales, para él esto no afecta su venta, que la temporada fuerte es entre finales de noviembre y diciembre, ya que no es una competencia, sino una elección que tienen las familias para adornar sus casas.
Con entusiasmo, narra que no solo se trata de un árbol sino todo el proceso que ello conlleva, como es el recorrido por el bosque, buscar el que más les gusta, adentrarse a la naturaleza y el olor de la misma, así como cortarlo para llevárselo a su casa.
“Es gratificante porque las plantaciones de árboles tienen muchos beneficios, en primera son predios que si no se sembraran estarían áridos, entonces genera muchos factores ecológicos, pues con toda la hoja que se cae se empieza a hacer una composta, la zona se recupera, se generan empleos locales y mueve la economía”, expresó.
Costos varían del tamaño
A menos de una hora de la capital, Marcelino contó que en Tlahuapan se tienen alrededor de 20 hectáreas que conforman a través de una comunidad de seis productores. En su caso los precios que manea van de mil 200 a mil 500 los douglas y de 600 a mil 100 los vikingos, dependiendo del tamaño.
Por ello, invitó a los poblanos a que acudan a este municipio y vivan la experiencia de cortar su árbol, pues igual pueden hacer los recorridos y hasta quedarse en alguna de las cabañas que hay en renta y que son usadas en su mayoría para la temporada de luciérnagas que se da entre julio y agosto.
“Aquí se pueden pasar todo el día si así lo quieren, solo es que tengan tiempo y ánimo, hay visitas guiadas a los bosques, lo escogen y hasta se puede jugar futbol, la gente aquí llega con la intención de pasársela bien”, exclamó
