En la cultura, el término «Pueblo Soberano» refiere a un objeto supremo, diferente de cualquier otro objeto. «Pueblo Soberano» es la construcción cultural universal de un objeto que posee toda posible perfección: cualidades como la omnisciencia, la omnipotencia y la omnibenevolencia. Es un objeto construido en el mundo del existir (mundo conceptual), para operar en el mundo del ser (mundo real).

Un enfoque filosófico sobre «Pueblo Soberano» está obligado a enunciar una simple definición; es esta: «Pueblo Soberano» es un objeto superior sobre el cual ninguna autoridad política puede ser concebida y a partir de la cual se pueden definir las relaciones políticas y sus propiedades. «Pueblo Soberano» es el objeto o principio esencial de la sociedad, del Estado, no de la naturaleza. «Pueblo Soberano» subordina cualquier otra autoridad y poder.

¿Se puede demostrar la existencia de «Pueblo Soberano»?

Prueba de la demostración -no de la verificación- de la existencia del «Pueblo Soberano».

El argumento metafísico-ético-político sostiene que debe haber un principio que legitime la existencia de toda autoridad y poder político; ese principio debe identificarse como «Pueblo Soberano».

Toda autoridad y poder debe fundarse en una autoridad, y la cadena de autoridades y poderes requiere de una primera autoridad que no dependa de ninguna otra.

Esta primera autoridad debe ser un concepto autónomo que defina todas las relaciones y propiedades políticas. Esta primera y máxima autoridad es «Pueblo Soberano». «Pueblo Soberano» es el principio último de la política contemporánea. «Pueblo soberano» es el conocimiento de conocimiento que permanentemente vuelve a sí mismo porque solo conoce lo más perfecto y realiza las actividades más perfectas: pensar, conocer y saber. Al volver a sí mismo justifica el principio de la racionalidad crítica fundamental, también, en la filosofía y las ciencias.

El «Pueblo Soberano» solo puede conocer lo más perfecto que es él mismo; esta perfección es resultado de una permanente construcción humana. Esto último responde al hecho de que el conocimiento es perfectible (conocer es justo poner límites a la realidad) y algo ilimitado, al no poder ser fijado para siempre. De aquí la necesidad de adoptar el principio de la racionalidad crítica.

Hay «Pueblo Soberano» porque no hay orden político sin un principio ordenador. Definir «Pueblo Soberano» como un objeto necesario no implica que sea un objeto que pueda ser percibido porque «Pueblo Soberano” es un objeto construido conceptualmente, lógicamente que deviene en objeto jurídico.

La definición de «Pueblo Soberano» es lógicamente posible porque es un objeto necesario como lo son los conceptos de «número» para la aritmética, de «punto» para la geometría, de «proposición» en la lógica, de «justicia», «belleza» y «amor» para la filosofía.

Así como no existe la posibilidad de una física para números, puntos, proposiciones, justicia, belleza, amor, tampoco la hay para «Pueblo Soberano».

«Pueblo Soberano» es un concepto necesario para la ética, la política y la moral. Es un concepto basado en la historia de la humanidad y no surgido azarosamente.

Es así que el principio de «Pueblo Soberano» queda plasmado como un objeto jurídico y principio fundamental de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos porque es una constitución racional y críticamente construida.

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