La creación de modelos de computación ha constituido una poderosa herramienta en los talleres de la ciencia. La razón es muy sencilla: simulando la realidad, llegamos a entenderla. La simulación por computadora es el experimento de un teórico.

Con los modelos de computación es posible simular y observar todo tipo de problemas producidos por las ciencias de la complejidad. La construcción de simulaciones de la realidad es casi infinita y sirven para dar una idea de lo que es posible hacer aplicando esta técnica. También la inteligencia humana ha sido y es objeto de la simulación. El éxito de la simulación de la inteligencia humana lo ofrecen los múltiples artefactos construidos que hoy forman parte de la vida cotidiana.

Modelos de la realidad. Necesidad para representarla

A lo largo de la historia han aparecido distintos modelos de la realidad y la hemos representado en forma de mitos, metáforas filosóficas o teorías científicas. Hay un valor de supervivencia evolutiva en el hecho de que representemos el mundo en función de modelos. Los humanes somos únicos entre todas las especies por nuestra aptitud simbólica, y únicos en nuestra capacidad para controlar las condiciones de nuestra existencia utilizando dichos símbolos. Nuestra capacidad para representar y simular la realidad implica que podemos apropiarnos del orden de la existencia y llevarlo a servir propósitos humanos. Una buena simulación, trátese de mito religioso, filosofía o de teoría científica, nos da una sensación de dominio sobre nuestra propia experiencia.

La política como sistema complejo

La aparente complejidad del sistema que uno trata de modelar se debe a unos pocos componentes simples que interactúan de acuerdo con reglas también simples. La complejidad del sistema político, si bien suficientemente real, en realidad tiene una explicación simple. Para ser eficaz, el modelo de computación debe emplear un programa más sencillo que el sistema que está modelando. Caso contrario, uno estará procurando imitar ciegamente el sistema en una computadora, sin alcanzar comprensión alguna. Del error de tal exageración, Jorge Luis Borges nos lo advierte de la siguiente manera “En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de la Cartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa era Inútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y los Inviernos. En los desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa, habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia de las Disciplinas Geográficas. (Suárez Miranda, Viajes de Varones Prudentes, Libro Cuarto, Cap. XLV, Lérida, 1658.)

Si la política hasta ahora solo se comprende a través del poder, entonces la lógica de la política es la lógica del poder. Y si el poder puede explicarse a través del concepto de obediencia, entonces la política puede comprenderse bajo el esquema lógico de “alguien manda a alguien, algo”. Sin embargo la política puede simularse a través de otro tipo de relaciones como, por ejemplo la autoridad. Esto último lo abordaremos en otra comunicación.

Problemas de modelar la política

Muchos especialistas en ciencias de la conducta enfrentan un desafío al hacer modelos computados, porque carecen de una profunda teoría de los fenómenos sociales o psicológicos. Se corre el peligro de que el modelo por computadora se confunda con aquello de lo que se supone es modelo. El modelo de computadora, en lugar de ser un instrumento para estudiar la realidad, se convierte en la realidad (lo cual puede ocurrírseles también a los especialistas en ciencias naturales).
La influencia de la computadora en las ciencias de la conducta es inmensa, lo cual permite a los humanes profundizar su entendimiento descriptivo de la conducta psicológica y social. Esta influencia tiene menos que ver con la existencia de una teoría profunda de la conducta que con la capacidad de la computadora para manejar y analizar grandes volúmenes de datos.

Con el uso de modelos computacionales estamos obteniendo un mejor cuadro de lo que es la conducta social, económica, política y psicológica; estamos estableciendo correlaciones entre diferentes fenómenos y construyendo lo que se denomina “modelos fenomenológicos” más que “modelos profundos”. Un modelo fenomenológico explica y correlaciona los datos de una manera cuantitativa y descriptiva, sin ir a las razones profundas por las cuales existen tales correlaciones. Dichos modelos son el primer paso hacia una comprensión más profunda.

Modelar es presentar algo a alguien. Presentar es hacer presente algo en la mente de un tercero: las generaciones por venir. Con nuestros modelos damos cuenta de la existencia de nuestra realidad en un lugar o momento determinados. Esta simulación es social, esto es, damos cuenta de una relación entre a) una instancia que presenta, b) un objeto, una idea o una persona que se presenta y c) alguien al que se presenta. En eso consiste la presentación de nuestras reflexiones en torno a la política en vísperas del año 2024. Estas reflexiones continuarán en próximas comunicaciones.

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