Con 86 billones de neuronas aproximadamente en el cerebro humano debemos de entender que no solo generan funciones vitales en el cuerpo humano, si no también cada día de acuerdo a la edad sexo y actividad se pueden perder más de 10 mil neuronas diarias.
La importancia de tener una actividad de ejercitar la mente como un factor fundamental de la vida es vital, si bien es cierto que el ejercicio físico es una actividad muy recurrente en las generaciones actuales, nunca se debe de olvidar la actividad fundamental de la lectura, las habilidades de la creación y de poder percibir conocimiento y transmitirlo.
Es por ello que las funciones básicas de las neuronas sanas a futuro nos darán una verdadera salud física y emocional y de buenos principios para poder tener una vida plena y con una expectativa con mayor longevidad.
Pero en términos de neurociencia y neurotecnología, se da un parte aguas ya que en la actualidad la ética toma un papel importante debido a que el comportamiento neuronal cada vez está a la vista de todos por desarrolladores de software donde la carrera de la inteligencia artificial relaciona a estas ciencias que son y serán herramientas donde el pensamiento y el desarrollo neuronal tendrá mayor visión y fundamentos para que la tecnología avance y la raza humana tenga mejores beneficios.
En la conferencia internacional de la Unesco, Audrey Azoulay nos hace esta reflexión:
-La neurotecnología podría ayudar a resolver muchos problemas de salud, pero también podría acceder al cerebro de las personas y manipularlo, y producir información sobre nuestras identidades y nuestras emociones. Podría amenazar nuestros derechos a la dignidad humana, la libertad de pensamiento y la privacidad. Es urgente establecer un marco ético común a escala internacional, como ha hecho la Unesco con la inteligencia artificial.
Con respecto a este punto tan importante, la bioética y la neurociencia, la UNAM, afortunadamente tiene programas universitarios que cada vez se han replicado en diversas universidades como un respaldo de como la responsabilidad que se está viviendo se un compromiso entre científicos, tecnólogos y usuarios que aplican cada vez la innovación a este respecto.
“La ética de la inteligencia emocional es responsabilidad de todos”
De igual manera, Fernando Savater hizo la siguiente reflexión.
“La ética es la práctica de reflexionar sobre lo que vamos a hacer y los motivos por los que vamos a hacerlo”
Es por ello que la reflexión de la base fundamental de poder dejar una presencia en el paso del caminar a trascender, lo inexorable y los importante no son las huellas dejadas en las orillas del mar, si no el fruto de los pensamientos que se dejan con una emoción y una forma de hacer y de hacer crecer a los demás.
Por ello la inteligencia física o programada siempre será la creación de una persona y de quien lo use, y se debe de cuidar tener mesura para que el futuro sea un futuro mejor.
Finalmente es valioso saber que los derechos del conocimiento o mejor dicho los neuroderechos, están divididos hasta este momento en cinco puntos importantes.
a) Identidad personal, la neurotecnología no podrá alterar el sentido del yo de las personas bajo ninguna circunstancia.
b) Libre albedrio: Las personas podrán tomar decisiones libremente, es decir, sin manipulación neurotecnologíca.
c) Privacidad mental: No se podrán usar los datos de la actividad cerebral de las personas sin su consentimiento,
d) Acceso equitativo: La mejora en las capacidades cerebrales gracias a la neurotecnología deberá estar al alcance de todos.
d) Protección contra los sesgos: No se podrá discriminar a las personas a partir de los datos obtenidos por medio de la neurotecnología.
Así que a continuar a seguir desarrollando el talento y aumentar la imaginación en los pensamientos, si bien no está mal que cada éxito siempre deja una perspectiva y hace elevar mucho la autoestima, porque ya decía esa frase de la abuela – hasta que se te prendió el foco.
Cada vez que crezco me persigue un monstruo llamado Ego” … F. Nietzsche.
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