La historia nos dice que la seguridad, la inteligencia y las drogas son consustanciales a las sociedades.

En el marco de la coyuntura por el tráfico ilícito de drogas entre México y el país vecino del norte, se ha suscitado un debate público y publicado sobre la seguridad nacional y la inteligencia. Para guiar las discusiones veamos algunos elementos.

Seguridad.- Cada país define lo que entiende por seguridad nacional y lo plasma en sus respectivas legislaciones. En México existe una ley en específico que contiene aspectos de la inteligencia y las amenazas a la seguridad. Riesgo: nuestras instituciones de seguridad nacional han sido vulneradas como lo demuestra el caso Guacamayas.

Inteligencia.- Las leyes nacionales determinan qué instituciones dependientes del Poder Ejecutivo Federal pueden realizar esta actividad, sea para la seguridad nacional o de manera específica para generar inteligencia sobre temas en concreto. Amenaza: que se conozca en el exterior y en el país lo que se hace fuera de la ley.

Drogas.- El tráfico ilícito de drogas ha sido recurrente en la relación bilateral con los Estados Unidos de América. Problema: antes era la marihuana y la cocaína con episodios como el secuestro de Álvarez Machain; hoy es el fentanilo con los homicidios de americanos en territorio nacional.

Entrelazar los tres asuntos mencionados es una tarea difícil, pues a pesar de que somos firmantes de las convenciones de la ONU sobre el tema, en donde la cooperación multilateral es fundamental, predominan los acuerdos bilaterales.

Cuando los acontecimientos descomponen el ambiente se recurre a las frases siguientes: los adictos son enfermos y los traficantes delincuentes; problema: los adictos entonces son las víctimas y los delincuentes son los victimarios.

Las lógicas binarias no ayudan mucho al debate, vemos otros ejemplos: quién produce las armas de fuego, quién las deja entrar a su territorio de manera ilegal o; quién deja entrar precursores químicos a su territorio y quién lava dinero proveniente de los tráficos ilícitos.

Vigilar fronteras terrestres o marítimas requiere de instituciones estatales con atribuciones legales y suficientes capacidades para neutralizar las amenazas, el actuar fuera de las propias normas puede ser usado como una vulnerabilidad.

Si no se aprende de las experiencias para readecuar el rumbo de la cooperación bilateral, el debate de estos temas derivará en una discusión sobre la integración en seguridad de América del Norte.

Albert Einstein expresó: “La preocupación por el hombre y su seguridad siempre debe ser el interés principal de todos los esfuerzos”.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y en gobiernos locales en áreas de gobierno y seguridad. Ha sido profesor en la Universidad de las Américas y del...