La rectora de la BUAP, Lilia Cedillo Ramírez, presentó datos duros sobre la situación psicológica y violencia en la que se encuentran inmersos los jóvenes en Puebla, lo que despertó el interés de su gestión por apoyarlos en generar mejores condiciones para su desarrollo y que las adicciones no los hagan presa en esta etapa de su vida universitaria, para lo cual lanzó la campaña “No te pases”.
Una de las cifras que expuso en la presentación de esa campaña fue que entre 67.5 y 71.2 por ciento de las mujeres ha sufrido algún tipo de violencia en Puebla. Las más recurrentes, citó, la violencia psicológica que representa el 51.6 por ciento y la sexual, el 49.7 por ciento.
Además, que, por casa suicidio consumado en México, hay 20 intentos. Entre jóvenes de 18 a 29 años de edad, el índice de suicidios se ha incrementado en más de 14 por ciento.
Reconocer que un estudiante de la universidad se quitó la vida y eso afectó emocionalmente a otro, implica que no están dando vuelta al problema sino enfrentándolo con acciones para evitar que jóvenes tengan ese tipo de pensamientos, canalizando sus actitudes a actividades más productivas.
En este tenor, la rectora de la máxima casa de estudios poblana toma una decisión acertada con su comunidad estudiantil, primero modificando los horarios de clases, para que salgan a las 6 de la tarde y no se expongan a la inseguridad que aqueja a los poblanos que toman transporte público por la noche. Ahora los jóvenes saldrán todavía con luz del día para llegar a sus casas y que puedan tomar una última clase en línea.
También importante que desde de la universidad se apoye a los jóvenes que emocionalmente están vulnerables para darle un seguimiento psicológico y evitar que puedan tomar una salida falsa: hacia el mundo de las drogas o el suicidio.
Igual, las instituciones gubernamentales deberían tomar como ejemplo esa campaña para sumarse y hacerla suya en sus programas de atención a la población o copiar el modelo para atender a los distintos sectores de la sociedad.
Cedillo Ramírez comentó que quizá están asumiendo una actitud muy paternalista en la BUAP, pero lo hacen porque pasan más tiempo los jóvenes en la escuela que en sus casas y garantizar un desarrollo emocional estable permitirá tener una generación con más posibilidades de futuro.
