Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

Luego de la salida de Amanda Gómez y el ingreso de Francisco Fidel Teomitzi como encargado de despacho de la Auditoría Superior del Estado (ASE), quedan muchas dudas respecto a las gestiones correspondientes en este organismo.

Y es que existe una necesidad imperiosa de fiscalizar los recurso públicos del Estados, no sólo por ser dinero de todos los poblanos, sino porque venimos de un legado histórico en donde la corrupción permitió que se saquearan las arcas del gobierno para enriquecerse unos cuantos.

Así, la encrucijada del ASE no es fortuita, sino que corresponde al reto de enfrentar lo antes mencionada y ser más proclives hacía la transparencia.

La salida de Amanda Gómez se asocia a uno de los legados del gobierno de Miguel Barbosa: la inversión de más de 600 millones de pesos a banco Accendo, mismo que se encontraba en un proceso de quiebra.

Sin embargo, su llegada también se debe un problema (supuestamente) con el erario. A ella, le antecedió Francisco Romero Serrano, quien fue destituido de su cargo tras ser investigado por la Unidad de Inteligencia Financiera por lavado de dinero y evasión fiscal, hasta por un monto de más de 400 millones de pesos

Hace falta reforzar más los mecanismos que permitan una gestión adecuada de los recursos y que no se permita el desvío e enriquecimiento ilícito. Ese es el reto de la siguiente administración.

incendios forestales