Editorial Ángulo 7
En este espacio vertirmos la opinión de nuestro medio, siempre con una visión contructiva Credito: Elaboración propia

Pese a que hay una legislación, aprobada en diciembre del año pasado, para la regulación de los centros de rehabilitación, conocidos como “anexos”, es letra muerta, pues su funcionamiento sigue siendo exactamente igual que antes de que se aprobara la ley.

Nadie los regula, en casi todas las colonias y todos los municipios del estado, hay un “anexo”, se han convertido incluso en un chiste pues en redes sociales hay videos en los que se ve la forma ilegal en la que los adictos son llevados a estos lugares.

Los métodos para tratar a los adictos tampoco tienen una regulación, sólo dentro de los inmuebles saben cómo atienden el síndrome de abstinencia, problemas psicológicos y afectaciones a la salud por el consumo excesivo de alcohol o los otros tipos de sustancias.

Los familiares pagan cuotas, tiene que entregar despensas y no hay ningún tipo de transparencia en los recursos utilizados.

El año pasado se registraron al menos 10 casos de muertes en estos centros de rehabilitación y que la mayoría los operadores de estos centros trataron de ocultar.

Además de que la falta regulación han permitido que sean utilizados como centro de operaciones ilícitas y en los que incluso han ocurrido balaceras y asesinatos.

Los anexos pocas veces son criticados por los ciudadanos, pues son la respuesta a un vacío de las autoridades, ya que las instancias de salud no tienen la infraestructura y la capacidad de personas para la atención de las adiciones.

De nada sirve que haya una ley, sino hay instancias que vigilen su cumplimiento.

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