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Parte 1

La burocracia dorada que dirige a la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) desde hace 33 años, no respeta los derechos laborales tutelados por el artículo 3º constitucional, fracción VII, que plantea: “Las relaciones laborales, tanto del personal académico como del administrativo, se normarán por el apartado A del artículo 123 de esta Constitución, en los términos y modalidades que establezca la Ley Federal del Trabajo conforme a las características propias de un trabajo especial, de manera que concuerden con la autonomía, la libertad de cátedra e investigación y los fines de las instituciones a que esta fracción se refiere” (CPEUM, p. 8. https://bit.ly/3ZCeWXk).

La violación de los derechos laborales, arropada por el manto de una mal entendida autonomía universitaria, per se es reprobable, pero se incrementa por las secuelas negativas que ha tenido en la formación de recursos humanos, así como en la generación y aplicación de nuevos conocimientos que tiendan a resolver los problemas sustantivos del estado de Puebla y de nuestra Patria.

Esta contribución para el portal electrónico de Angulo 7, se divide en tres secciones. Primero se abordará, en términos generales, la política laboral de “prebendas-castigos” aplicada por la burocracia dorada de la BUAP; después expondré mi caso, donde mi “deslealtad” hacia la burocracia dorada, no así a mi entrañable BUAP, fue brutalmente reprimida por un acoso laboral que duró siete años, rematada con un despido injustificado que ya tiene más de cuatro años de haber sido implementado y que sigue en litigio laboral; en la última sección se mostrarán algunas repercusiones que ha tenido esta política laboral para el desarrollo académico institucional.

La cuestión laboral

La cuestión laboral de la BUAP no se explica al margen de la creación y proscripción del Sindicato Unitario de Trabajadores de la Universidad Autónoma de Puebla (Suntuap), que fue “creado en 1981 como parte de un proceso nacional del sindicalismo universitario de la época, que fusionó los gremios de académicos (Stauap) y administrativos (Sutuap), que dieron luz al sindicalismo unitario: Suntuap” (Ruiz, 2021. https://bit.ly/3L1Dc1b).

Durante una década l@s trabajador@s universitari@s tuvimos la oportunidad de ser defendidos por el sindicato en caso de violación a nuestros derechos laborales por parte de las autoridades universitarias. Sin embargo, con la llegada de José Doger Corte a la rectoría de la Buap a finales de 1990, toda la política laboral fue modificada de facto, por otra de “prebendas y castigos”.

Lo primero se funda en la lealtad que el trabajador/a debe tener a las autoridades universitarias, reforzada con la creación de dos sindicatos charros, el Aspabuap (1993) y el Sitbuap (1994), que han servido para asegurar el control político de esta burocracia. Esta lealtad se ha traducido en prebendas para est@s trabajador@s (cambios de categoría, viajes al extranjero, incorporación de familiares o cuates a la BUAP sin base en méritos académicos, usufructuar otra plaza de tiempo completo en otra universidad, acceder al pago ilegal de honorarios, entre otras canonjías).

Son hijos putativos del neoliberalismo que, junto con la burocracia dorada, han sido víctimas de esta ideología, impregnada con el discurso de la excelencia académica como sistema educativo, reducido a la cantidad de productos creados por l@s academic@s y a mantener una fachada impoluta de las instalaciones universitarias. En cambio, el pensamiento crítico, “tendiente a captar la cosa misma, la estructura oculta de la cosa, y a descubrir el modo de ser del existente” (Kosik, 1967. https://bit.ly/3ZHiJmo), que debería ser la esencia del trabajo universitario está en un proceso de extinción, siendo sustituido por la charlatanería ideológica ocupada en cuestiones secundarias, las medias verdades y la simulación académica, etc.

Se trata de universitarios que han ingresado a la Buap durante la larga noche neoliberal, los cuales en muchos casos están cegados por la codicia individual que los ha privado de su capacidad de discernir, reflexionar y discutir actividades centrales de las que se retroalimenta el pensamiento crítico. En el neoliberalismo, articulado a un mercado global dominado por el supercapital, la forma de vida de estas personas se ha reducido al papel de consumidor, convirtiendo la producción y el dinero en el fin supremo para satisfacer un sistema de necesidades siempre en crecimiento, dejando de lado en este proceso los valores éticos, morales y académicos.  

A la par, una política laboral de castigos se ha aplicado a much@s trabajador@s que mantienen su lealtad a los principios y funciones plasmados en la Ley Orgánica y el Estatuto Universitario de la BUAP, referidos a las tareas sustantivas de formación de recursos humanos y a la generación/aplicación de conocimientos y tecnologías para atender las problemáticas del estado o del país. El cumplimiento de estas estas funciones sustantivas debería definir, entre otras cuestiones, la libertad de la BUAP para elaborar sus planes y programas de estudio, así como para precisar los términos de ingreso, promoción y permanencia de su personal académico, con base en su trayectoria y conocimiento científico y no, como ocurre actualmente, sobre la base de prebendas y castigo. En la siguiente entrega para Ángulo 7 expondré brevemente mi caso, como ejemplo de la política laboral de castigo ejecutada por la burocracia dorada de la BUAP.

Palabras agudas

Enseguida expongo un video de una rueda de prensa realizada en el ICUAP a principios de septiembre de 2018, donde se muestra la charlatanería ideológica y la falta de principios éticos-morales de un sector de la planta académica del Centro de Agroecología y de la Maestría en Manejo Sostenible de Agroecosistemas. Es un discurso de odio y violencia, lleno de imprecisiones, de medias verdades y de calumnias. Juzgue Usted mism@ querid@ lector/a.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

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Miguel Ángel Damián Huato es profesor-investigador del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias de la BUAP. Fue Premio Estatal de Ciencia y Tecnología 2011 y es miembro del Sistema Nacional...