Floricultores del mercado Morelos, en Puebla capital, cambiaron las rosas por pinos de diversos tamaños para amenizar la Navidad, los cuales se mantienen como la alternativa más ecológica a los plásticos, por lo que invitaron al público a mantener esta tradición.
En el estacionamiento de dicho centro de abasto, ubicado en el oriente de la ciudad, los comerciantes instalaron, desde noviembre y hasta el 31 de diciembre, un corredor navideño, con una oferta de árboles, nacimientos, dulces y piñatas.
En entrevista con Ángulo 7, Raymundo Romero, quien se dedica enteramente a las plantas, relató que lleva aproximadamente 25 años dedicándose a la labor de sembrar plantas y árboles con raíz para ferias a lo largo del país.
En este caso, para la que se pone en diciembre, pues durante todo el año, vende plantas de temporada, ya que él tiene un invernadero y viaja a diferentes puntos del país.
Originario de Tenango de las Flores, él tiene su invernadero, donde, una vez al año, siembra sus árboles, los cuales tardan alrededor de cinco años en crecer, mismos que son llevados a ferias durante todo el año, como en San Miguel de Allende, San Luis Potosí, Monterrey, Tamaulipas y Saltillo.
Transporta a Puebla 200 ejemplares, de los cuales en esta temporada vende 180 y gana 10 pesos por cada uno sin importar el tamaño de éstos.
Raymundo nos comentó que él es parte de la primera generación que vende plantas en su familia y espera que sus descendientes sigan haciéndolo para que no se pierdan las tradiciones.
A diferencia de los árboles de plástico, que tardan más de 100 en degradarse y sus residuos contaminan el suelo, los pinos naturales son biodegradables o se pueden plantar en el patio si tienen raíz, como los que vende Raymundo.
Vende dulces a granel para piñatas
En este corredor, también está el puesto de Joel Vidal Villar, quien a partir del primero de diciembre, vende dulces a granel, polvorones sevillanos, sidras y piñatas.
Él es parte de la tercera generación que se dedica al comercio de dulces de temporada. Tan solo él tiene 52 años dedicándose a ello.
Además, intercambia la mercancía que le sobra con otros comerciantes cuando pasa esta temporada, por lo que el resto del año vende dulces típicos poblanos, como palanquetas, alegrías, camotes, mazapanes, tamarindo.
Este año –nos comenta– la venta ha venido en decadencia, pues el precio de los insumos subió considerablemente y a los clientes les alcanza para llevar menos.
