La revocación de mandato, que se hará por primera vez en México el 10 de abril, es un ejercicio de democracia participativa que tiene como antecedentes consultas ciudadanas, promovidas por organizaciones sociales y políticas, desde los noventa.
Aunque desde hace casi tres décadas se han realizado diversos ejercicios de participación ciudadana en el país, el único antecedente oficial y a nivel nacional, es el del juicio a expresidentes, que se hizo en 2021 y cuyo resultado no fue vinculante.
A dicho evento se le sumará la revocación de mandato, en la que la población votará si quiere que el presidente Andrés Manuel López Obrador continúe en el cargo o lo deje, algo inédito en la historia y que dejará un precedente para futuros gobierno, aquí presentamos algunos antecedentes de democracia participativa.
En 1993, integrantes de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal realizaron una consulta a la población en la que se preguntó si los gobernantes de la capital deberían ser electos mediante votación directo, contar con un poder legislativo y que se convirtiera en un estado; con 320 mil participantes, en los tres puntos ganó el sí.
En 1995, consultas sobre EZLN y crisis económica
Dos años después, la organización Alianza Cívica realizó un ejercicio de alcance nacional en el que también se planteaban tres cuestionamientos: si debía investigarse al expresidente Carlos Salinas de Gortari por la crisis económica; rechazar el crédito ofrecido por Estados Unidos y retomar el diálogo y paz en el conflicto en Chiapas.
En esa ocasión, la participación fue de 600 mil personas, alrededor de la mitad de la capital del país, quienes votaron mayoritariamente por el “sí”, en los tres casos.
Unos meses después, en agosto de 1995, el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), hizo una consulta que contenía seis preguntas, siendo la más importante si la organización debía dejar las armas y constituirse como “fuerza política”; un millón de ciudadanos votaron y ganó el “sí”.
Por Fobaproa en 1998 y reforma energética en 2008
López Obrador ha realizado diversas consultas, desde que era jefe de gobierno de la capital del país y ahora presidente, hasta cuando se encontraba en la “oposición”.
La primera fue en 1998, donde se preguntó a la población sobre el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa) que buscaba convertir deudas de privados en pública, acudieron a las urnas 3.5 millones de personas, la mayoría sufragó contra la aprobación, aunque no tuvo consecuencias jurídicas.
Ya como jefe de gobierno de la Ciudad de México, realizó tres ejercicios: sobre el cambio en el horario de verano, en la que participaron 320 mil personas y ganó el no; el aumento en el precio del metro, con 47 mil votos, la mayoría por el sí, y para construir el segundo piso del periférico, donde 420 mil acudieron a las urnas, el 65 por ciento por el “sí”.
En 2008, en el sexenio de Felipe Calderón Hinojosa, convocó a la ciudadanía a sufragar sobre la propuesta de reforma energética del gobierno, que pretendía el aumento de privados en la industria petrolera, con un millón de participantes en todo el país, casi todos en contra; en conjunto con movilizaciones, la iniciativa no pasó.
Más recientes, cancelación de NAIM y juicio a expresidentes
Como presidente electo, promovió dos consultas: para construir la refinería de Dos Boas y otros proyectos, en la que votaron 946 mil, el 91 por ciento a favor, y la cancelar el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, en el que participaron un millón 67 mil, 69.95 por ciento por el sí.
Ya en funciones, preguntó a la población del sureste sobre si estaban de acuerdo con la construcción del Tren Maya, en la que el 92 por ciento se mostró a favor.
Asimismo, el año pasado, y debido a la demanda de la población, López Obrador dio marcha al plebiscito para enjuiciar a expresidentes, por crímenes cometidos cuando estaban en sus cargos.
El ejercicio tuvo una participación de 6.6 millones de personas, siendo la más alta cifra en las consultas en la historia del país, donde ganó el sí, con 6.5 millones de votos, pero no fue vinculante, pues sólo votó 7 del 40 por ciento del padrón electoral necesario para que lo fuera.
