El oficio de la panadería innova, al mismo tiempo que mantiene una tradición, y da la satisfacción de aprender cada día; también requiere un buen estado de ánimo para preparar los ingredientes, aunque tiene sus dificultades técnicas y económicas.
Así lo expresó Nancy Hernández Lara, encargada del negocio “El pancito loco“, con domicilio en el municipio de Acatzingo, entrevistada en el marco de la presentación de la segunda Feria Tradicional de Todos Santos 2022.
La “artesana de la harina” contó que una de las mayores satisfacciones de su trabajo es el aprendizaje constante, pues frecuentemente debe reinventar productos tradicionales, como las hojaldras, que actualmente se elaboran con relleno de manzana, guayaba, piña y fresa.
“Vamos cambiando, vamos haciendo nuevo pan, nuevo relleno”, expresó.
Hornear pan de muerto de totomoxtle
Abundó que la tendencia para este año será el pan de muerto de totomoxtle, que lleva hoja de maíz quemada y cuyo precio va de los 50 a los 150 pesos, dependiendo el tamaño.
Acerca del producto que es más difícil de elaborar, indicó que todos tienen el mismo proceso. Explicó que el tiempo aproximado para preparar la masa es de cuatro horas.
En cuanto a si cualquiera puede aprender el oficio, resaltó que se requiere de un don nato, que muchas veces se hereda de generación a generación, con la transmisión de las recetas secretas.
Apuntó, entre risas, que uno tiene que estar contento, “feliz de tener trabajo”, para que salgan bien las hojaldras o el pan de muerto.
Ella inició en la panadería a los 8 años
Nancy relató que sus inicios en la panadería fueron a la edad de ocho años, cuando unos tíos le enseñaron el proceso; agregó que empezó desde cero, limpiando las latas de los ingredientes y barriendo el piso.
Sus sobrinos seguirán el oficio
Aunque admitió que a sus hijos no les gusta el oficio, porque están estudiando otra cosa, dijo que la tradición seguirá a través de sus sobrinos.
Por lo que respecta a las dificultades en su día a día, señaló que los panaderos ganan poco dinero, alrededor de mil 500 pesos a la semana.
Comentó que, derivado de lo anterior, algunos malbaratan sus productos; también comunicó que otros colegas usan agua para abaratar costos y tener mayores ganancias.
A pesar de lo anterior, la “artesana de la harina” hizo un exhorto a los panaderos para que desempeñen con profesionalismo y alegría su oficio.
