A partir de restos, revelan historia de fábrica bajo Papalote en CDMX
A partir de restos, revelan historia de fábrica bajo Papalote en CDMX. Foto: Uno TV
A partir de restos, revelan historia de fábrica bajo Papalote en CDMX
A partir de restos, revelan historia de fábrica bajo Papalote en CDMX. Foto: Uno TV

A partir de restos de vasos y botellas recuperados por el INAH, la arqueóloga Liliana Márquez Escoto reconstruyó la  historia, casi desconocida, de la Fábrica Nacional de Vidrio, que operó de 1938 a 1968 en los terrenos del actual  Papalote Museo del Niño.

De acuerdo con la Secretaría de Cultura, los testimonios fueron recuperados durante trabajos de salvamento arqueológico de la antigua Feria de Chapultepec, que comenzaron en 2018 a cargo del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). 

La historia de la vieja fábrica y su descubrimiento fueron dados a conocer  en el  VI Coloquio de Arqueología Histórica por Márquez Escoto, autora del estudio que derivó en una tesis de licenciatura e integrante del equipo de María de Lourdes López Camacho, responsable del Proyecto Arqueológico Cerro, Bosque y Castillo de Chapultepec.

En la séptima de nueve excavaciones del “Salvamento Arqueológico La Feria de Chapultepec”, se encontraron materiales indicativos de producción de vidrio a gran escala, como parte de un relleno usado para nivelar el terreno donde se instaló la montaña rusa, en 1964.

Bajo esa atracción, se halló vidrio, escoria y pequeños fragmentos de material poroso, compactado y sellado con nombres de marcas de venta y vidrio derretido en la capa exterior (tabique refractario).

Los monogramas VM y FANAL, sellados en los fondos de vasos y botellas, fueron las pistas de las que partió Liliana Márquez para reconstruir la historia de esa fábrica, que solo algunos viejos locatarios del Mercado Constituyentes recordaban por su chimenea de acero color naranja. 

Fábrica se levantó en sexenio de Lázaro Cárdenas

La arqueóloga consultó el acta constitutiva que acredita que la Fábrica Nacional de Vidrio quedó establecida como sociedad anónima el 27 de mayo de 1935, con un capital inicial de 60 mil pesos y acciones repartidas entre cinco socios: los españoles Rutilo Malacara y Carlos C. Cubillas, así como los mexicanos Francisco Fuentes Berain, Virgilio M. Galindo y Antonio Berenguer Campos.

Al respecto, María de Lourdes López señaló que la política del gobierno de Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940) destinó terrenos del aún despoblado poniente de Ciudad de México, incluyendo secciones del Bosque de Chapultepec, como asiento de las industrias nacionales de vidrio, de asbestos y otras vinculadas al ejercicio militar, como la Fábrica Nacional de Cartuchos.

“Estas áreas industriales se desarrollaron alrededor de Los Pinos con un financiamiento mayoritario de parte del gobierno mexicano y un porcentaje menor de capital extranjero, con la idea de que proveyeran las necesidades del país”, explicó

La producción de la Fábrica Nacional se destinaba al suministro de los desayunos escolares y para el Ejército, mientras que la industria de asbestos contribuía a la pavimentación de caminos, etcétera.

Con el tiempo, refiere Liliana Márquez, de la Dirección de Salvamento Arqueológico del INAH, se volvió proveedora de empresas como la Casa Pedro Domecq y Cervecería Modelo.

Para 1955, su capital ascendía a 15 millones de pesos. Tres años antes sus obreros intentaron una huelga, y entre 1967 y 1969 ocurrieron incendios que terminaron por arruinar sus áreas de hornos y bodegas.

Liliana Márquez destacó que para la Arqueología no hay testimonio menor, pues unos “simples cachos de vidrio” pueden ayudar a reconstruir la historia de los procesos sociales del país.

LPR

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