El fantasma de Sofía, una niña que se ahogó en el río que rodea la exfábrica de La Constancia, es parte de una de las leyendas que se conservan en la junta auxiliar de San Jerónimo Caleras y que alimenta la curiosidad de pequeños y grandes.
Así lo contó a Ángulo 7 el cronista Israel Absalón, quien narró que Sofía vivía en la villa fabril y cada 6 de enero, en el marco del Día de Reyes, salía a jugar con otros niños para estrenar los juguetes que habían recibido, entre pelotas, muñecas y carritos.
Versiones populares apuntan que Sofía era una niña alegre, jovial, de ojos grandes, tez blanca, que tenía el cabello negro y que no era muy alta.
Aunque era muy querida por los trabajadores de la región, en donde ahora se localiza un complejo museístico, su mamá y papá no le permitían acercarse a la orilla del río que atravesaba la fábrica.
Ella obedeció la restricción en cuestión durante mucho tiempo, hasta que una tarde “de Reyes”, cuando se encontraba jugando, se le fue la pelota al afluente.
Se acercó al río y cayó sin que nadie se percatara
Nadie se dio cuenta de que Sofía había caído al río, porque los vecinos y su familia estaban partiendo la rosca, conviviendo sin percatarse de nada a su alrededor.
“Tardaron como ocho días en encontrar el cuerpo y ya no fue lo mismo, tuvieron que poner barandal en el río, la gente se espantó”, dijo el cronista.
A partir de ese hecho, la leyenda cuenta que cada 7 de enero, que coincide con el aniversario de la exfábrica, la menor aparece en pasillos y jardines del lugar.
Lo anterior ha sido confirmado por veladores, que aseguran la han visto caminar de un lugar a otro; de hecho, hace aproximadamente cuatro años, policías afirmaron que lograron capturarla en una foto, aunque esta no es muy clara o nítida.
Para complementar el relato, el cronista indicó que el espíritu de la infante no asusta a quienes le llevan una flor o un juguete, pues, como señal o gesto de agradecimiento, evita causarles miedo.
Según la anécdota, el espíritu infantil suele hacerse presente a la altura de la Calzada Moratilla y la calle Francisco Villa, en donde anteriormente había un jardín de niños.
Leyenda ha entretenido a comunidad de Caleras
El cronista de San Jerónimo Caleras explicó que las leyendas eran la manera de mantener entretenida a la comunidad infantil antes del surgimiento de la televisión y las redes sociales.
“Todas las noches, a la luz de la vela, se contaban y nos hacían partícipes de esta querencia por la tierra”, dijo.
También sostuvo que, para el imaginario popular, las leyendas son el principal alimento, en especial, en las festividades de Todos Santos.
“Cuando llega esta fecha, salen las leyendas otra vez, algunas ya distorsionadas, pero en esencia son lo mismo”, finalizó.
LPR
