Resulta que la Vicerrectoría de Investigación y Estudios de Posgrado tuvo la ocurrencia de “Generar contenidos digitales integrados en un Curso Formativo que la, el o le estudiante podrá revisar de manera síncrona y asincrónica, durante el primer semestre del posgrado en cuestión, siendo un elemento evaluador de alguna materia cursada en su formación, las temáticas de los contenidos girarán en torno a la perspectiva de género, la interculturalidad y la discapacidad.”

Digo que es una ocurrencia porque, aunque no es de extrañar, los funcionarios designados por la administración central violan una vez más y flagrantemente la normatividad universitaria vigente.

Este “Curso Formativo”, cuyo contenido puede ser el que ustedes quieran, vendría a ser parte del Plan de Estudios de los posgrados, plan de estudios que no compete establecer o modificar a ninguna oficina o funcionario sino a la academia del posgrado en cuestión.

Así lo señala el Artículo 32 del Reglamento General de Estudios de Posgrado: “Son funciones de la Academia las siguientes: … II. Proponer al Consejo de Unidad a través del Comité Académico, la incorporación de nuevos cursos, planes y programas de estudio y las modificaciones de los existentes;”

Más claro ni el agua. Pero ¿por qué se pretende imponer este “Curso Formativo”? El contenido temático es lo de menos, aunque proponen algo sobre género e interculturalidad porque ¿quién se opondría a tener un curso en aras de la igualdad de género? ¡Anatema sea!

Lo repito, el contenido es lo de menos, el punto es enterrar esta punta de lanza en los estudios de posgrado para introducir algo similar al tronco común impuesto en el nivel de licenciatura, totalmente al margen de la consideración de lo que las distintas academias de los posgrados deciden en cuanto al diseño del plan de estudios se refiere. Es obvio que junto al “tronco común” se cuela la administración vertical y centralizada del mismo. Junto a los troncos comunes se dan las academias por materia, esto es, el desmantelamiento de las academias por posgrado y junto a este desmantelamiento de academias se dará el de la unidad académica que las alberga, pues el objetivo es acabar con la actual estructura de la universidad organizada en escuelas, facultades e institutos. Así, en lugar de unidades académicas, tendremos programas educativos dependientes de una División de Estudios Superiores, DES, administrada por un funcionario designado por la administración central, y un conjunto de docentes sin adscripción a su unidad académica, pues no habrá tal cosa, sino utilizables en cualquier disciplina o programa educativo de la DES.

Adiós a los organismos colegiados de gobierno paritarios. Adiós a la elección de las autoridades personales y colegiadas. Adiós a la elección de los consejeros estudiantiles y magisteriales.

¡La verdad es que su ansia de control y de poder no tiene límites!

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