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El estilo morenovallista del gobernador Miguel Barbosa

Rodolfo Ruiz en su columna La Corte de los Milagros, publicada en E-consulta, indica que para el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta y su equipo de Comunicación Social lo publicado por la revista Proceso debe haberles calado, pues en tres páginas resume lo que ha sido el Gobierno de la Cuarta Transformación de Puebla en sus primeros seis meses de gestión: autoritario, errático e inestable.

El título del reportaje bajo la firma de su corresponsal Gabriela Hernández es demoledor pero cierto: “El estilo morenovallista de Miguel Barbosa”.

El semanario resalta cómo las expectativas que generó el cambio de administración han venido diluyéndose, al grado que el nuevo gobernador es percibido como igual o peor que su antecesor Rafael Moreno Valle.

“En sólo meses Luis Miguel Barbosa ha gobernado Puebla con acciones y omisiones similares a las administraciones que tanto criticó. No sólo ha olvidado promesas de campaña, como la desprivatización del agua potable, sino que ha creado nuevos impuestos y aumentado el monto de algunos ya existentes. También mantiene procesos abiertos contra activistas ambientales y la persecución contra quienes llegaron a ser sus aliados políticos”.

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Un organismo que a pesar de los cambios de presidente (salió Jacinto Herrera Serrallonga y entró Miguel Ángel García Onofre) y la llegada de nuevos consejeros electorales (Sofía Marisol Martínez Gorbea y Jesús Arturo Baltazar Trujano), continúa sin dar confianza y generar objetividad y certeza por su falta de independencia, imparcialidad y ahora de personal calificado es el Instituto Electoral del Estado.

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Qué hacía Alejandro Cañedo con el embajador Landau

Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada, publicada en El Sol de Puebla, señala que ¿Qué hacía Alejandro Cañedo Priesca con el embajador de Estados Unidos en México, Christopher Landau, acompañándolo en su periplo por la ciudad de Puebla durante una visita oficial?

Esa pregunta invadió a no pocos miembros de la clase política local, el miércoles de la semana pasada, cuando trascendió, a través de redes sociales, que el ex servidor público, académico y agente de viajes era el anfitrión del funcionario estadounidense, y más, que ningún integrante destacado del gobierno barbosista iba con él.

El hecho levantó cejas, provocó envidias y generó especulaciones que derivaron en ataques directos contra Cañedo en la misma web.

Calmados todos.

El ex secretario de Turismo no va por el puesto de ningún elemento del gabinete estatal.

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La metrópoli, la clave de 2021

Enrique Núñez en su columna Contracara, publicada en Intolerancia Diario, indica que a estas alturas del 2021 los partidos deberán tener candidatos. No es un asunto menor, Morena y el barbosismo se someterán al escrutinio y la valoración de su primera etapa de gobierno, en donde estará en juego el control del Congreso del Estado y las 217 alcaldías.

Quizá la gran ventaja para la elección intermedia no sean sus logros de gobierno, sino la desarticulación de los partidos opositores, más preocupados en sus guerras intestinas que en la verdadera batalla electoral.

El PAN está secuestrado por una dirigencia inexperta y pasional, no sólo en el ámbito local, sino también en el nacional.

Con más nombres que Morena, el panismo navega en un mar de dudas y ambiciones, que puede dejarlo muy mermado para el momento de definir a las o los candidatos idóneos para recuperar los espacios perdidos.

Personajes de peso al panismo le sobran, ahí están Humberto Aguilar, Eduardo Rivera, Ana Teresa Aranda, Jorge Aguilar, Mario Riestra y otros que de una u otra forma tienen su propio capital político.

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Denisse Ortiz da refugio a morenovallistas en el DIF estatal

Fermín Alejandro García en su columna Cuitlatlán, publicada en La Jornada de Oriente, señala que los problemas que la ex legisladora panista Denisse Ortiz Martínez ha provocado en el DIF estatal ni se reducen a malos tratos al personal –tal como se narró hace una semana en este espacio– , sino a que convertido su área, la de Prevención de la Salud, en un refugio de activistas del PAN y morenovallistas. Incluso algunas de ellas fueron colaboradoras de Martha Erika Alonso Hidalgo, quien siendo candidata albiazul fraguó el fraude electoral contra Morena de 2018.

Fuentes confiables narran que Denisse Ortiz ha sido el conducto para que activistas del PAN que laboraban en el DIF pudieran regresar y algunas morenovallistas se incorporaran a la nómina del organismo. Sin importa que esos movimientos laborales vayan contra la orden de limpiar –el gobierno estatal– de operadores político del extinto grupo del exmandatario albiazul Rafael Moreno Valle Rosas.

El caso más grave, sin duda alguna, es el de Claudia Areli González Reyes, quien apenas hace seis meses era parte de la campaña de Eduardo Alcántara Montiel, quien con el apoyo del entonces secretario de Gobernación Fernando Manzanilla Prieto, contendió por la presidencia del Comité Municipal del PAN en la capital del estado.

No es una simple especulación, pues en redes sociales circula un video de un mitin de apoyo a Eduardo Alcántara Montiel en el cual Claudia Areli González expresa, en varias ocasiones: “hemos estado en varias batallas del PAN”, al momento de saludar a los panistas Gerardo Álvarez Dib, Gustavo Guevara, “Lalo” Louvier, José Alejandro Cortés y José Luis Carmona, entre otros políticos, que han sido parte de gobiernos emanados del Partido Acción Nacional.

Y años atrás, González Reyes fue coordinadora de campaña de dos activistas consentidas del morenovallismo: Susana Riestra Piña, quien fue diputada local, y Blanca Jiménez, quien fue legisladora federal e integrante del Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

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Chedraui, los tiempos llegaron

Alejandro Mondragón en su columna Al Portador, publicada en Status Puebla, indica que el único empresario poblano que acudió a la reunión del presidente Andrés Manuel López Obrador con 200 hombres de negocios fue José Chedraui Budib.

El ex diputado local, ex líder municipal priista y amigo de Enrique Peña Nieto, como la mayoría de los invitados al encuentro de pase de cachitos para la rifa del avión presidencial, hizo acto de presencia.

Su asistencia que por supuesto genera suspicacias políticas ante el proceso electoral del año próximo, tuvo como antecedente que en días previos se había reunido el llamado Grupo de la Amistad, integrado por los principales capitales del país, con el mismo López Obrador.

Ahí fue donde formuló la invitación para respaldarlo en su proyecto y formalizarlo con el encuentro en Palacio Nacional.

La presencia exclusivamente de Chedraui en la reunión del cachito es por cercanía e interés expreso de AMLO porque estuviera, no así otros empresarios poblanos que fueron con él, durante su campaña por la Presidencia de la República.

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El quiebre financiero y político del PRI

Valentín Varillas en su columna La Tempestad, publicada en Status Puebla, señala que el Revolucionario Institucional vive sus horas más oscuras, las más aciagas.

Su realidad es mucho peor que cuando perdieron por primera vez la presidencia de la República en aquel –para ellos trágico- año 2000.

Con un desprestigio político brutal y unas finanzas rayando en el rojo, lo que queda del tricolor busca desesperadamente la supervivencia como partido.

Así de grave.

Ya sin el descarado desvío de recursos públicos a su favor, que operaba desde el gobierno federal en el sexenio pasado, está condenado a vivir de sus prerrogativas.

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Los golpes de Proceso que no duelen

Arturo Rueda en su columna Tiempos de Nigromante, publicada Diario Cambio, indica que la revista Proceso, que apenas relevó a Rafael Rodríguez Castañeda como director editorial para sustituirlo por el reportero Jorge Carrasco, hace tiempo que no da golpes en el corazón de la política mexicana. Ya no es lo que era.

El gran semanario dejó de ser referencia hace tiempo porque, por lo menos en lo que se refiere a Puebla, su corresponsalía hace tiempo se encuentra agotada y no produce material periodístico relevante, digno de leerse, con investigaciones escandalosas o documentos comprometedores.

Desde la época de Moreno Valle, la reportera Gabriela Hernández es la gran practicante del refrito que producimos los medios locales, algunas veces, pero la mayor parte son plagios sin crédito a la fuente.

Señalo esto porque desde el sábado por la noche comenzó a circular la edición número 2259 de Proceso con lo que pretendía ser el primer gran golpe periodístico del semanario en contra del gobierno de Luis Miguel Barbosa, que terminó en calcetinazo precisamente por la carencia de material periodístico relevante.

No hay carnita, pues.

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