Para prevenir la violencia de género que prevalece en Puebla, la candidata de Juntos Haremos Historia a diputada local del distrito 17, Mónica Lara Chávez, comenzó a promover la sororidad para empoderar a las mujeres poblanas y exhortarlas a ayudarse entre sí.
A través de talleres se impartirán clases de defensa personal, se informarán los derechos de las mujeres y cómo hacerlos valer, se resaltará la importancia del sexo femenino en la sociedad y se convocará a revalorizarse para no permitir abusos de ningún tipo.
El sábado pasado dieron inicio los cursos en San Bartolo, con una asistencia de poco más de 50 mujeres, que como único requisito se les puso propagar lo aprendido con otras diez integrantes de su familia, para que el beneficio se extienda a 500.
Esto como parte de una primera etapa, ya que se pretende convertirlo en un taller permanente e ir incorporando otros programas y mayor información.
Para haber sido el primer día, las invitadas compaginaron muy bien y se vieron dispuestas a aprender sin temor a preguntar, contar algunos testimonios de violencia y externar su solidaridad con alguna de las víctimas, pues todas coincidieron en que “a cualquiera le puede pasar”.
Hubo quienes compartieron lo incómodo del acoso callejero, de una mirada lasciva o de palabras desagradables, hasta la violencia que han padecido al interior de sus casas a manos de sus familiares cercanos.
Confrontar la violencia
A decir de la candidata de Morena, esto servirá para “reconocerse” entre mujeres, identificar sus fortalezas, debilidades, miedos y gustos en común, para que entre todas obtengan el valor de enfrentarse a los distintos casos de violencia y frenarlos.
Para contextualizar a la gente sobre el papel de la violencia en la vida cotidiana, Lara Chávez señaló que Puebla es la segunda entidad con más desapariciones de mujeres, después de Tlaxcala, debido a que ambas entidades forman parte de la llamada “ruta de la trata”, de la que poco se dice.
Enfatizó que los gobiernos son omisos ante este problema y, por ser desapariciones, no se tiene la cifra exacta de casos, más que los que son reportados, pero muchos no se denuncian porque las familias son amenazadas por los raptores.
Recordó que en muchas ocasiones las víctimas son explotadas sexualmente o utilizadas para trasladar drogas, pero sus familiares viven con la amenaza de que sí denuncian, ellas serán privadas de la vida.
A este problema aparentemente “invisible” se suman los feminicidios, asesinatos violentos de mujeres a manos de personas que forman parte de su círculo cercano, que normalmente ya las habían agredido antes, pero fueron elevando el nivel de violencia hasta provocarles la muerte.
Sin cifras reales de violencia
A pesar de que este problema es más evidente, Lara Chávez denunció que tampoco hay cifras oficiales confiables que den muestra de la gravedad del fenómeno en la entidad, ya que la Fiscalía General del Estado (FGE) no registra todos los casos como feminicidios y muchos se incluyen en homicidios solamente.
Esto explica por qué el año pasado las autoridades sólo contabilizaron 46 hechos a pesar de que organismos civiles, académicos y los medios de comunicación dieron parte de 103 asesinatos violentos con características del feminicidio, pero que no se consideraron como tal.
“No podemos estar permitiendo que nuestras mujeres, nuestra familia, sigan siendo violentadas, asesinadas. Cuando lo vemos en los medios sólo decimos que crece la violencia, pero cuando nos pasa es cuando dijimos, por qué no hicimos nada”, enfatizó la abanderada del bloque Morena-PT-PES.
Reprobó también la falta de “voluntad política” para declarar la alerta de género en Puebla, que es una herramienta para combatir desde varias trincheras y con recursos especiales la violencia contra las mujeres.
Por eso aseguró que ella se convertirá en promotora de ella desde el Congreso local, a fin de que se emita y por fin se atienda el problema sin evadirlo y con una estrategia seria, integral e incluyente, pues subrayó que para resarcir la violencia contra las mujeres también se tiene que involucrar a los hombres.
Pide ver a los hombres como aliados
Consideró que aunque del género masculino provienen la mayoría de los agresores, también existen “aliados” en la lucha, por lo que invitó a las mujeres a tampoco perder de vista el papel humano de los hombres.
“No estamos en contra de nada, los hombres también son nuestros aliados en esta lucha contra la violencia. La sororidad es una herramienta de la lucha entre todos”, expresó.
Por ello llamó a solidarizarse entre mujeres, valorarse a sí mismas para quererse y luego extender el amor propio a la familia, después al género del que se es parte, para seguir con el vecindario y finalmente alcanzar la fraternidad entre sociedad, ya que con ello —dijo— también se verá recuperado el tejido social.
“La sororidad es una herramienta de lucha. Para ayudarnos, para reconocernos, empoderarnos, ayudarnos a nosotras mismas; si estamos bien con nosotros, estamos bien con todo mundo. Nadie puede dar lo que no tiene y primero debo cuidarme yo, para luego cuidar a mi familia”, enfatizó.
En este sentido, conminó a las asistentes a revisar su estado de salud constantemente, practicarse mastografías y aplicarse pruebas de papanicolau, auto explorarse e identificar cualquier anormalidad en el cuerpo, a fin de “estar bien por dentro” para estarlo por fuera.
