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Advertencia para Andrés

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que las movilizaciones de la Coordinadora magisterial en la Ciudad de México recrearon los peores momentos de 2013, cuando tomaron el Centro Histórico de la capital federal en protesta contra la reforma educativa. Ayer lunes suspendieron clases en el sur del país, estrangularon por horas varias arterias de la capital y chocaron con la policía en la carretera de Cuernavaca. No tuvieron la intensidad de años recientes, pero una vez más trajeron a la mente la alteración del orden social para alcanzar sus objetivos políticos: que liberen a maestros que cometieron delitos del fuero común y que les condonen sabotajes a la reforma educativa. Junto con ello recordaron a quién apoyan en la elección presidencial, Andrés Manuel López Obrador, quien ha prometido la cancelación de la reforma.

López Obrador, puntero en las preferencias electorales, ha escogido a la disidencia magisterial como uno de sus grandes aliados tácticos en su campaña presidencial, junto con quien es enemiga histórica, la exlíder magisterial, Elba Esther Gordillo. Lo que los divide históricamente a las dos facciones magisteriales, los une la coyuntura, la oposición al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto a partir de la reforma educativa. López Obrador ha sido muy consistente en que una de sus primeras acciones en el gobierno, de ganar la Presidencia, será abolirla.

Aun si ganara la Presidencia y tuviera la mayoría en las cámaras, no sería un proceso fácil. Para cancelar la reforma educativa se requiere una mayoría calificada en el Congreso, el Senado y en 16 más uno de los congresos locales. Pero tampoco es imposible o inviable, que es lo que en las últimas semanas ha comenzado a causar alta preocupación en el mundo donde evalúan la educativa como la reforma más importante de Peña Nieto, incluso superior a la energética, por la magnitud del cambio en el destino del país, si tiene el éxito que se espera.

El equipo de López Obrador ya recibió un mensaje importante de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, que agrupa a 35 de las más poderosas economías en el mundo. Hace unos cuantos días, Gabriela Ramos, quien es la directora de gabinete del secretario ejecutivo de la organización, José Ángel Gurría, y Sherpa de la OCDE ante el G-20 –los Sherpas en el G-20 son funcionarios senior que se encargan de guiar el proceso político de los países miembros antes de que se presenten las recomendaciones a los líderes de esas naciones–, habló con Esteban Moctezuma, quien es el responsable de construir la plataforma social para López Obrador, y quien es su secretario de Educación designado.

Ramos le expuso a Moctezuma que si López Obrador llegara a la Presidencia y cancela la reforma educativa, la OCDE no descansará en denunciar –esta no fue la palabra que utilizó– la regresión de su gobierno y en hablar en cada uno de los foros a donde acudan, que además de numerosos cuentan con una alta calidad de interlocutores, sobre las consecuencias que tendrán esas acciones para la educación en México. No se conoce la fecha exacta de esa conversación, o si fue personal o telefónica. En enero viajó Ramos a México junto con Gurría para participar en un foro de la OCDE, donde señaló a la prensa: “Lo que le diríamos a cualquiera de los candidatos que están conteniendo en esta justa democrática, es que miren estas reformas (hablaba en general) y les den oportunidad para que sigan rindiendo frutos, porque están rindiendo fruto, y el problema es que si uno no las sigue avanzando, evidentemente hay posibilidades de que se vayan para atrás”.

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Maldito maniqueísmo

Leo Zuckermann en su columna Juegos de poder, publicada en Excélsior, indica que una cosa ya ganó en este proceso electoral: El maniqueísmo. Comenzó con el discurso maniqueo de López Obrador: O se estaba con él o se estaba en contra de él. O se era parte del “noble pueblo” o de la “mafia del poder”. Lo bueno en contra de lo malo. El yin y yang de la política. Un mundo en blanco y negro. Nada de grises. Prohibidos los matices. Nada de sofisticaciones. Paradójicamente, sus adversarios le siguieron el juego. Ellos se autoconvirtieron en los antiLópez Obrador. La elección, luego entonces, se volvió una entre AMLO y no-AMLO.

Lo he vivido en carne propia.

Ideológicamente, estoy en contra de López Obrador. No me gusta ni su diagnóstico simplista de la realidad ni sus recetas para componerla. Lo considero como el candidato menos liberal que aparecerá en la boleta. Es el más estatista en todos los temas. En lo económico, ni se diga. Pero también en los temas de derechos, como el de las mujeres a interrumpir un embarazo, de las parejas homosexuales a casarse y adoptar hijos y el de las personas a consumir las drogas que les plazca. AMLO no cree ni en los beneficios del libre mercado ni en los derechos de los individuos a decidir con toda libertad qué hacer con sus cuerpos y espíritus. Por el contrario, tiene una fe ciega, inquebrantable, en el Estado como instrumento para intervenir activamente en las vidas privadas de los individuos, para decirnos qué sí podemos hacer y qué no.

Está en su derecho, como yo estoy en el mío de diferir ideológicamente de esta perspectiva. El problema es que, para sus seguidores, yo soy, entonces, parte del mundo antiAMLO, es decir, de la “mafia del poder”, del mal planetario que tiene postrado a este país. Su fanaticada, por tanto, me considera como un vendido, chayotero y hasta traidor. Así me lo hacen saber cotidianamente.

Del otro lado no cantan mal las rancheras. Últimamente, he sido objeto de críticas contrarias, es decir, que ya soy parte del mundo AMLO. ¿Por qué? Pues por andar diciendo que es el candidato que tiene más posibilidades de ganar la Presidencia.

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Los empresarios y AMLO, ¿no que no…?

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, señala que no tengo lado, así que no me pueden dar por él. Florestán

El pasado miércoles 23 de mayo le contaba a usted aquí que un grupo, no todos, del poderoso Consejo Mexicano de Negocios (CMN), que preside Alejandro Ramírez, de Cinépolis, se había convertido en el principal frente opositor de Andrés Manuel López Obrador.

Puedo afirmar, le dije entonces, que sin representar el sentir unánime, me consta que al menos dos de sus integrantes no están de acuerdo, la mayoría, hombres y mujeres, lo apoyan en su estrategia de promover la candidatura de Ricardo Anaya sobre la de José Antonio Meade para frenar al tabasqueño.

También le puedo informar que el mismo Ramírez, al frente del llamado grupo estratégico del CMN, pidió una reunión con el presidente Enrique Peña, en la que le plantearon que dejara de apoyar a Meade, y operara su declinación a favor de Anaya para frenar a López Obrador al que ven como un peligro para México, hasta que el presidente Peña Nieto tomó la palabra para decirles que no; que Meade no declinará por nadie, sigue siendo y será su candidato hasta el final y que él, como Presidente de la República no meterá las manos en la elección y aceptará el resultado del 1 de julio sea cual sea, confiando en que su candidato remonte y gane. Pero de operar o insinuar una declinación a favor de Anaya, ni hablar, les dejó claro.

Días después, el pasado martes 15, le conté, a las 4 de la tarde, en la oficina de un edificio de plaza Samara, en Santa Fe, Alfonso Romo recibió al mismo Alejandro Ramírez, y éste le pidió que le dijera a López Obrador que no tiene ningún pleito con él, que es un malentendido, que tiene presiones de los empresarios, que no es él, son ellos.

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Desactivan choque entre la Corte y Gobernación

La columna Bajo Reserva publicada en El Universal, indica que luego de que la Secretaría de Gobernación señaló que frente al panorama de violencia que vive el país, la Suprema Corte de Justicia de la Nación no ha resuelto la constitucionalidad de la Ley de Seguridad Interior, un choque entre los poderes Judicial y el Ejecutivo estuvo por estallar. Nos dicen que en el pleno de la Corte, en sesión privada, los ministros discutieron la manera en que responderían a la postura de Gobernación, la cual fue leída como un reproche, que además consideraron injusto pues algunos temas de dicha ley sí han sido resueltos en el alto tribunal. Nos comentan que cuando estaban cerca de emitir públicamente una postura para desmentir al Ejecutivo, el ministro presidente, Luis María Aguilar, recibió la llamada del secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete Prida, quien nos comentan, explicó que nunca se trató de reprochar al Poder Judicial de la Federación, y ofreció que públicamente se dejaría claro que esa no era la intención del gobierno federal. Tras la conversación del secretario con el presidente Aguilar los ministros del pleno decidieron aceptar la explicación y acordaron no realizar el desmentido para evitar generar una confrontación entre poderes, que nos hacen ver, no ha habido desde el sexenio del presidente Felipe Calderón. El choque quedó desactivado.

Molesta a AMLO exceso en seguridad

Nos dicen que ayer se le notó enojado a Andrés Manuel López Obrador por la excesiva seguridad civil que pusieron los organizadores del evento en Ixmiquilpan, Hidalgo, ya que una movilización de ese tipo no se había registrado durante la campaña. Incluso se pusieron filtros de revisión. El tabasqueño entró en medio de empujones por parte de los encargados de seguridad quienes también aventaron golpes a varios simpatizantes. En la llegada a sus actos, por lo regular don Andrés suele caminar sin guardaespaldas y se detiene a escuchar, o simplemente a saludar a quienes le extienden la mano o le piden una selfie. En el caso de ayer, nos dicen que el despliegue de seguridad se debe a la disputa entre el PT y Morena que van por separado en la elección local. En el mitin, incluso, se vio a un López Obrador incómodo.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, señala que quien se llevó los saludos y las selfies del recuerdo fue Miguel Ángel Mancera, ex jefe de Gobierno aspirante al Senado, durante el encuentro que encabezó Ricardo Anaya, aspirante presidencial de la coalición Por México al Frente, con simpatizantes y militantes de Movimiento Ciudadano.

En el Gran Fórum, el panista reconoció al ex mandatario capitalino por sus acciones para promover la propuesta de gobierno de coalición que impulsan PAN, PRD y MC, lo que puso tan feliz al aludido que no paraba de aplaudir y estuvo a punto de bailar el jingle versión grupera de la campaña.

Que la destitución de la directora de Auditoría Forense de la ASF, Muna Dora Buchahin, se leyó desde la Cámara de Diputados como un mensaje del auditor superior David Colmenares a su antecesor y ex jefe Juan Manuel Portal.

Colmenares fue auditor especial de Gasto Federalizado de la ASF hasta 2014, cuando dejó el cargo por diferendos de fondo con Portal, entre cuyos colaboradores más cercanos estaba precisamente la ahora cesada. Por lo pronto, se comprometió a entregar en octubre a los nuevos diputados un informe pormenorizado sobre las auditorías, a cargo de la ahora ex funcionaria, referentes a La estafa maestra.

Que para el tercer y último debate presidencial, en Mérida, los candidatos y sus representantes están preocupados por el código de vestimenta, por lo que esta semana la Comisión de Debates del INE, que encabeza el consejero Benito Nacif, tendrá que definir si estarán permitidas las guayaberas tan características de la zona, tanto para los abanderados como para los moderadores.

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