El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, aceptó ser extraditado a México para enfrentar los cargos de peculado, tráfico de influencias, coalición, abuso de autoridad e incumplimiento del deber legal, que le imputa la FGE, los cuales negó.
Así ocurrió durante su audiencia ante el Tribunal Tercero de Sentencia Penal de Guatemala, donde, con expresión burlona, Duarte de Ochoa calificó de “infundadas, ligeras y vagas” las acusaciones que le formuló el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares a través de la Fiscalía General del Estado (FGE).
“He determinado allanarme para enfrentar lo más pronto posible la justicia ante las autoridades judiciales de mi país. Es decir, en términos coloquiales, acepto la extradición que el Gobierno de la administración actual –un gobierno fallido, por cierto– está haciéndome en torno a este caso.
Pos su parte, tras la declaración de Duarte y la lectura de los cargos, el juez Saúl Álvarez, presidente del tribunal, ordenó “acoger sin dar trámite” la petición de Duarte de Ochoa, quien fue detenido en el país centroamericano el pasado 15 de abril tras medio año prófugo.
Sin embargo, será hasta el próximo 4 de julio, en otra audiencia, cuando los jueces determinen cómo se realizará el proceso de extradición del exmandatario, además de informarle sobre las acusaciones que le imputa la Procuraduría General de la República (PGR), dependencia que pidió a Guatemala su envío a México el pasado 7 de junio por 8 delitos.
