El desaire de Mancera al PRD
En la columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, se señala que el masivo arranque de campaña de Juan Zepeda en Nezahualcóyotl, al que según los organizadores asistieron unas 65 mil personas, logró convocar a varios liderazgos perredistas y afines, entre ellos el gobernador de Michoacán, Silvano Aureoles, el jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera, Alejandra Barrales, Dolores Padierna y Héctor Bautista. Nos dicen que en el acto quedó claro que el gobernante capitalino no quiere que se le identifique como un perredista. Nos cuentan que ante la insistencia de Barrales por ponerle un chaleco con las siglas del PRD se notó la molestia de don Miguel, quien terminó por salir al templete sin ningún logo.
El contador “mudo”
Ante el cuestionamiento al proceso de selección para integrar el Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, en el que el gremio de los contadores ha señalado que la Comisión de Selección actuó para favorecer a personajes cercanos a varios de los nueve integrantes de este órgano de selección, miembros de la Comisión nos hacen una pequeña, pero consideran, muy importante observación. Nos explican que en todas las etapas del proceso para designar a los cinco miembros del Comité de Participación Ciudadana, que será el rector del Sistema Nacional Anticorrupción, participó con voz y voto el contador público Antonio Carlos Gómez Espiñeira, quien no sólo está certificado por el Instituto Mexicano de Contadores Públicos, sino que es presidente de la Asociación Interamericana de Contabilidad. Don Antonio Carlos, nos explican, no sólo estuvo en todas las discusiones, sino que su firma aparece avalando todas las designaciones y nunca emitió algún voto particular para manifestar algún desacuerdo, ni comentó a sus ocho compañeros que sintiera que el gremio al que él pertenece se sintiera excluido. Por eso, dicen, ahora les extraña el ruido, cuando siempre hubo silencio.
¡Que den “por muerto” a Videgaray!, ¿será?
Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, se señala que la fórmula empleada por Luis Videgaray frente a las presidenciales de 2018 es una calca de la utilizada por Andrés Manuel López Obrador en 2006. La diferencia, como saben, es el fraseo.
En 2004 y 2005, López Obrador —entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal—, no tuvo empacho en repetir en todos los tonos que “lo dieran por muerto” para las presidenciales de 2006. Y, como recuerdan, se trató de uno más de los engaños de AMLO. A su vez, y cada que le preguntan sobre ambiciones presidenciales para 2018, el titular de Relaciones Exteriores dice, repetidamente, “¡no, no y no”. Es decir, hoy Videgaray dice que “lo den por muerto”.
Sin embargo, igual que lo hizo López Obrador en 2006, hoy todos saben que los “no, no y no” de Videgaray son —en realidad— “de dientes para afuera”. Es decir, que a pesar de que ha negado todo interés en la candidatura presidencial por el PRI, lo cierto es que Videgaray no se dará por muerto sin pelear hasta la última batalla. Por eso, los hombres del canciller insisten en que están en un grave error quienes lo dan por muerto.
En la columna Trascendió, publicada en Milenio, se señala que al parecer comienza a verse una luz al final de las recientes reuniones que ha encabezado el canciller Luis Videgaray con el equipo de Donald Trump en Washington y México, pues el tema de la construcción del muro se va descartando poco a poco.
Primero, el secretario de Seguridad Interna de Estados Unidos, John Kelly, aceptó que es imposible construir un muro de extremo a extremo de la frontera, y este fin de semana el senador republicano Marco Rubio dejó claro que no tiene por qué pagarlo México, sino que le corresponde a Estados Unidos, pues este país insiste en que se trata de una estrategia para reforzar su seguridad nacional.
El secretario de Estado Rex Tillerson también aceptó que el muro no es un tema que se aborde en las negociaciones, pues hay otros más prioritarios en los que ambos países están cooperando, como el control de drogas y armas.
