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El engaño de Canales

Raymundo Riva Palacio en su columna Estrictamente Personal, publicada en El Financiero, señala que el pliego de consignación de la orden de aprehensión contra César Gerardo Francisco García Méndez, por el delito de administración fraudulenta, es perfectamente claro. Violó el artículo 234 del Código Penal al haber realizado operaciones perjudiciales al patrimonio de Paula Cusi, viuda de Emilio Azcárraga, en beneficio de un tercero, en este caso tanto él como su entonces socio Ernesto Canales, el fiscal anticorrupción de Nuevo León, a quienes contrató para que resolvieran una disputa con Televisa.

Extrañamente, en el pliego de consignación del agente del Ministerio Público de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, el 17 de febrero pasado, Canales, acusado por Cusi de los mismos delitos que García Méndez, salva una acción judicial en su contra.

No está clara la razón por la que la Procuraduría de la Ciudad de México no actuó en su contra, pese a haber ejercido la acción penal contra su socio, a quien le demostraron las autoridades que “la conducta engañosa del indiciado es con la finalidad de alcanzar un lucro indebido, afectando el patrimonio ajeno”. Lo que hizo García Méndez lo realizó, quizás con mayor carga, Canales, a quienes Cusi acusó de fraude por seis millones de dólares, que en ese entonces eran poco más de 64 millones de pesos. García Méndez, quien se encuentra prófugo de la justicia, siempre se dijo inocente de la acusación y afirmó que él nunca recibió ningún dinero.

El punto nodal del caso se encuentra en dos documentos. El primero, firmado el 28 de abril de 2011, donde la señora Cusi cedía “todos y cada uno de sus derechos” de la sucesión de El Tigre Azcárraga Milmo, a su hijo Emilio Azcárraga Jean, a cambio de una contraprestación, que Canales no le informó que se había acordado, de seis millones de dólares, a cambio de desistirse de acciones legales para mantener el 16.6 por ciento de la empresa que le fue heredado por El Tigre. Este documento, llamado Carta de Instrucción, fue firmado por Canales y García Méndez el 17 de mayo de 2011, con el representante de Televisa, Alejandro Bustos.

En esa Carta de Instrucción solicitaban a Televisa determinar la forma como realizaría el pago compensatorio en dos exposiciones, el 17 y el 27 de mayo de ese año, mediante dos opciones: 1) Un depósito a la cuenta de Summer Stream, C.V., por la vía de Abdadi&Co Securities Ltd, en el banco Standard Bank PLC, en Londres, por tres millones de dólares. Y, 2) mediante la contratación que llevara a cabo Televisa de los servicios de mercadotecnia de la empresa Summer Stream, C.V., por otros tres millones de dólares. El representante de esas empresas es Canales, mientras que García Méndez sostuvo durante todas las diligencias que no conocía a los accionistas de esas compañías.

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¿Puede el PRI ganarle a AMLO?

Leo Zuckermann en su columna Juegos de Poder, publicada en Excelsior, indica que como todos los domingos, leí la editorial de Luis Rubio en Reforma. Se la dedicó a la competencia electoral de 2018 en México. Según él, contra lo que se piensa hoy, “el PRI podría ganar la elección si postula a un candidato capaz de llevar al 100% de su militancia el día de la elección. Me parece que sólo hay dos o tres priistas que podrían lograr esa faena. Así, de ser correcto mi análisis, la elección está en manos del PRI y no de AMLO. Todo dependerá del candidato que sea postulado y su capacidad para lograr que todos los priistas asistan el día de los comicios”. No estoy de acuerdo y explico por qué.

Luis comienza su análisis rechazando la idea de que López Obrador ya ganó la próxima elección presidencial. Correctamente, desmantela, uno por uno, los cinco argumentos que sustentan esta noción: “Primero, ‘ya probamos al PRI, ya probamos al PAN, ya volvió el PRI y sigue sin funcionar’. Segundo, sólo él, un nacionalista de cepa, nos puede defender de Trump; tercero, no hay candidatos creíbles en los otros partidos; cuarto, así lo dicen las encuestas; y, finalmente, le toca”. Todavía falta mucho para la elección y nada, absolutamente nada, está definido. Lo único cierto es que hoy el favorito es López Obrador. Pero también lo era, y por un margen mayor, en febrero de 2005 cuando se veía invencible y perdió por poquito.

Acertadamente, Rubio menciona que “las contiendas de más de dos candidatos y una sola vuelta electoral siempre acaban siendo de dos, casi una ley de hierro de la política. En este sentido, la interrogante clave es si la contienda acabará siendo entre PRI y Morena o entre Morena y el PAN. Ceteris paribus, parece evidente que AMLO va a ser el ‘elefante en el salón’, el candidato a vencer”. Coincido cien por ciento: la competencia va a ser entre AMLO y otro. También es muy posible, como dice Luis, “que el próximo Presidente probablemente será electo con menos de 30% del voto” debido a la creciente fragmentación del voto.

Donde ya no concuerdo es en la conclusión de Rubio de que el enfrentamiento más posible sea entre AMLO y el candidato del PRI y que, si éste logra sacar al voto duro, el priista podría ganar. Y es que el tricolor está en el peor momento de su historia, no sólo en las encuestas, sino en resultados electorales. En las primeras, el PRI, que hace un par de años era el partido con más intenciones de voto, hoy aparece en un lejano tercer lugar después del PAN y Morena. Alrededor de un 20% de votantes se expresa a favor del tricolor (quitando a los indecisos). Este número está por debajo de la votación más baja que ha obtenido este partido en una elección presidencial: la de 2006. Dos datos adicionales de las encuestas: la tendencia a favor del PRI claramente va a la baja y todos los posibles candidatos sacan menos votos que el PRI como partido. Un desastre. Y a eso hay que sumar los resultados electorales de los últimos dos años. En 2015, el gran perdedor de la elección federal fue el PRI. Lo mismo en los comicios de gobernador del año pasado.

Luis argumenta que el PRI necesita a un candidato que saque a votar a su voto duro, que él menciona, citando a “algunos”, en 26%. Este porcentaje, por lo que hemos visto en elecciones y en las encuestas, parece alto. Pero, además, el encargado de sacar al voto duro el día de la elección no es el candidato, sino los gobernadores de los estados. Tradicionalmente, ellos son quienes controlan las maquinarias priistas que aceitan con un chorro de dinero. Y ahí el PRI ha venido perdiendo mucho terreno.

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¡Destruyen el país para ser presidente!

Ricardo Alemán en su columna Itinerario Político, publicada en Milenio, señala que la historia no es nueva. En su momento, el hoy presidenciable Jorge Castañeda inventó una supuesta ejecución en Tlatlaya, en el Estado de México, por militares que presuntamente masacraron a toda una banda de integrantes del crimen organizado.

En esa ocasión, Castañeda y otros opinadores especularon que se trató de una ejecución militar contra criminales indefensos. ¿Por qué? Porque según la “chabacana idea” de Castañeda era “poco creíble” que todos los criminales hayan muerto, mientras ningún militar perdió la vida. Luego entonces, se trató de una masacre.

Todo a pesar de que la banda criminal era cinco veces más numerosa que los efectivos militares, a pesar de que un militar baleado estuvo al borde de la muerte y que los matarifes portaban más armamento y de mayor potencia que los propios militares.

El escándalo mediático, la insidia y la intriga fueron tales que aquellos militares que a riesgo de su vida enfrentaron a los criminales, fueron llevados a juicio. A la vuelta del tiempo, jueces civiles exoneraron a todos los soldados. Y, como ya es costumbre, a nadie importó el descrédito de los uniformados —y de sus familias— acusados injustamente y enjuiciados por cumplir con su deber.

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Claudia, Morena y la lucha de lodo

Joaquín López-Dóriga en su columna En Privado, publicada en Milenio, indica que prodigioso: Murat sobrevivió hasta a su autoatentado. Florestán

La lucha por el gobierno de Ciudad de México, que en tiempos hegemónicos del PRD era un proceso ordenado por el jefe de Gobierno en turno, se ha trasladado a Morena, que reivindica el control político de la capital del país.

Para la elección de 1997 sin discusión alguna y por unanimidad, fue Cuauhtémoc Cárdenas, que arrasó.

En 2000 no hubo quién le hiciera frente a Andrés Manuel López Obrador, que ganó a Santiago Creel y a Jesús Silva Herzog. Obligado a renunciar por el desafuero, fue candidato presidencial en 2006 perdiendo por .53 por ciento de los votos ante Felipe Calderón, lo que nunca ha reconocido y siempre ha sostenido como fraude electoral.

En 2006 nadie le levantó la ceja al tabasqueño cuando se fue por Marcelo Ebrard ni a éste en 2012, cuando designó a Miguel Mancera.

Hoy que el PRD languidece por sus pequeñeces, pugna por el poder y la escisión que provocó López Obrador con Morena, la lucha por la sucesión se ha desplazado a este partido donde olvidan que la primera y única palabra será la suya, y chocan soterrada, pero descaradamente Ricardo Monreal y Martí Batres, operando éste contra aquél al verlo más fuerte.

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¿Dará AMLO la bienvenida a Barbosa?

La columna Bajo Reserva, publicada en El Universal, señala que vaya escandalera que armó el coordinador de los senadores del PRD, Miguel Barbosa, con su anuncio de ayer de que apoyará a Andrés Manuel López Obrador en su camino por la Presidencia de la República en 2018. Nos dicen que los más molestos con el senador Barbosa se encuentran en las oficinas del Zócalo de la Ciudad de México, pues aseguran que hasta hace poco tiempo don Miguel había jurado amor eterno a su tocayo el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera. Nos dicen que ayer el legislador no solo ofreció apoyo a AMLO, sino que se fue dándole varios machucones a Mancera. Nos comentan que por no dejar, algunos perredistas ya están armando una antología de las frases que Barbosa le dedicó tiempo atrás a López Obrador, que no son precisamente de admiración. Esos mismos perredistas ya armaron una apuesta en la que compiten por ver quién atina a la fecha en la que Andrés Manuel le dará la bienvenida al senador Barbosa. La mayoría puesta a que nunca y algunos otros que jamás.

A temblar, llegó el azote de los partidos

Focos rojos y sirenas comenzaron a sonar en los cuarteles de Morena, PRI, PAN y PRD, pues llegó el azote de los partidos. El problema es que en su primer día de existencia el movimiento que busca quitar el poder a los políticos de siempre, cambió su nombre. “Ahora o nunca”, como se dijo que se iba a llamar el movimiento que encabeza Emilio Álvarez Icaza y con el que busca llegar a la Presidencia de la República, ahora sólo se llama “Ahora”, quizá porque don Emilio comprendió que nunca hay que decir nunca, no sea que para dentro de seis años se requiera de otro paladín de la democracia. Hasta algunos de sus más cercanos lamentan la salida en falso que Álvarez Icaza tuvo el pasado domingo, cuando ni esos más cercanos lo acompañaron en su destape-presentación. Nos comentan que les duele que un hombre con su prestigio en la lucha por la defensa de los derechos humanos haya hecho tan malos cálculos y puesto en riesgo, precisamente, ese prestigio ganado. Añaden que no le falta razón en su postura de que la mayor parte de la clase política es impresentable y que hay un gran enojo con ese grupo, pero que precisamente por eso el movimiento debió surgir con mayor organización y fuerza. Sin embargo, hay algunos del clan de los políticamente correctos, que cobran con una mano contratos con el gobierno y que escriben en sus redes con la otra, que opinan que el hecho de que la convocatoria del domingo haya sido muy pobre, no tiene la menor importancia.

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La columna Trascendió, publicada en Milenio, indica que el apoyo que Miguel Barbosa ofreció a Andrés Manuel López Obrador le costó ya al senador perredista las críticas del diputado Jesús Zambrano, quien no solo lo llamó “oportunista” e “incongruente”, sino que pidió incluso analizar su relevo como líder de la bancada en el Senado.

En manos de Alejandra Barrales, la presidenta del PRD, estará considerar esa petición y, sobre todo, analizar qué dicen los estatutos perredistas sobre apoyar al aspirante de otro partido. Como sea, el senador poblano dice para justificarse que peleará porque el PRD apoye a López Obrador.

“No me estoy yendo a Morena”, alegó.

Que la Junta de Coordinación Política de la Cámara de Diputados confirmó su reunión en petit comité con el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, mañana miércoles, y finalmente aceptó invitar a los respectivos presidentes de las comisiones de Gobernación, Mercedes Guillén; de Seguridad Pública, Jorge Ramos, y Bicameral de Seguridad Nacional, Waldo Fernández.

Osorio expondrá la posición del Ejecutivo en materia de seguridad interior y mando mixto policial, y a partir de ello se espera que los líderes parlamentarios definan ya plazos para el dictamen y aprobación de esos temas considerados “urgentes”… desde hace al menos 10 años.

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