Tochimilco. Foto proporcionada por Elías Ojeda

En el centro de acopio del zócalo de Puebla –ahora en Analco– no existe una lista de comunidades que requieren apoyo ni hay control de los víveres que se dan; cualquier persona puede indicar que los requiere para una colonia o comunidad y se los lleva sin que se verifique la entrega.

Muchas veces los apoyos se mandan a las presidencias municipales y los ayuntamientos no tienen un monitoreo mínimo de las afectaciones; así sucedió este viernes en Tehuitzingo.

Pero, no es el único caso: la mayoría de municipios de la Mixteca poblana no se ha preocupado por hacer recorridos en sus juntas auxiliares y comunidades; los funcionarios solo están sentados en sus escritorios.

Los víveres –despensas, medicina, ropa– enviados a través de camionetas del ayuntamiento de Puebla por este centro de acopio –ahora reubicado en el parque de Analco– no tienen un destino fijo. Voluntarios y empleados municipales recorren pueblos sin éxito y al final dejan el apoyo en donde se pueda; en esta ocasión fue en el municipio de Tochimilco, donde un funcionario les dijo: “llegan y llegan apoyos sin que se necesiten tantos, lo que sí es que tenemos muchos pobres y se les entregarán”, afirmó.

 

Los víveres no se entregan directamente

Pero las brigadas capitalinas no lo verifican porque si acaso en esta ocasión entregaron directamente una quinta parte de víveres que llevaban a habitantes, primero en Santa Cruz Tejalpa, Tehuitzingo, y después en la cabecera de Tochimilco: en total unas 80 despensas.

“No hay un orden ni un censo de la gente de la Mixteca poblana que requiere apoyo por el sismo del 19 de septiembre”.

Además, si personas quieren ser voluntarios en los centros de acopio gubernamentales no se ofrece información clara de cómo pueden participar; solo dicen que te registres y te llamarán, pero pasan dos o tres horas y nada, por lo que la gente se va.

Elías Ojeda Hernández, abogado de profesión y voluntario, indicó que en este centro de acopio –que la tarde de este viernes fue trasladado del zócalo al parque de Analco– nadie hace una lista de hacia dónde se van los víveres que se llevan; llegan personas, cargan y se van: nadie verifica a quiénes se entregan.

Mientras que los apoyos que se mandan a través de las camionetas municipales, muchas veces no tienen rumbo fijo.

“Platicando con voluntarios y empleados del ayuntamiento, coincidieron: esto es un verdadero desmadre, no hay un orden de nada, no se sabe a quién reportarse, no se sabe a dónde se llevan las cosas; un chofer (del ayuntamiento poblano) me platicó que tenía desde las 7 de la mañana y solo le dicen que lleve cosas a un lugar o a otro, pero las deja en casas particulares o en los ayuntamientos. No se entregan en el momento (…) Cualquier persona puede decir que, por ejemplo, en la 8 poniente 501 se necesitan tantas despensas, tantas palas, tantas aguas y se las llevan, sin verificar a quiénes son entregados”.

Tehuitzingo. Foto proporcionada por Elías Ojeda.

Víveres a la deriva

La falta de organización sobre el reparto de víveres ocasiona que camionetas oficiales estén paradas tres o cuatro horas; se van sin un rumbo fijo y en el camino nunca se les precisa el lugar. “Llega la tarde-noche y las dejan donde sea para no regresarlas”.

“En el trayecto a Tehuitzingo, pasando por Atlixco e Izúcar, vi entre 100 y 150 vehículos que llevaban ayuda a damnificados de la región con placas de Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Nayarit y Nuevo León”.

Por lo que voluntarios de otros estados terminan haciendo lo mismo para no regresar los víveres que trajeron porque los ayuntamientos no saben dónde se requieren los apoyos, por lo que terminan dejándolos en auditorios municipales, que en muchos casos están repletos de ayuda, sin que se reparta, pese a que hay gente que la requiere .

Al final, es probable que terminen en manos de particulares o de algunos funcionarios municipales para lucrar con los mismos.

Iglesia de Tochimilco. Foto proporcionada por Elías Ojeda.
Centro de acopio que estaba en el zócalo de la ciudad de Puebla.

Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...