Jorge Rodríguez/A Puerta Cerrada/El Sol de Puebla
Con la novedad de que la codiciada Secretaría de Educación Pública podría no quedar en manos del SNTE en la próxima administración estatal.
Al interior del equipo de trabajo del gobernador electo, José Antonio Gali Fayad, corre la especie de que no sería una buena idea poner en esa posición a un representante de los sindicatos magisteriales, dada la desgastada imagen que tienen a nivel nacional a partir de la detención de la profesora Elba Esther Gordillo y de los acontecimientos vinculados a la resistencia a la reforma educativa, que se sumaron además a los recientes escándalos por el cobro de comisiones a empresas prestamistas.
Hay por delante más de siete meses para definir al encargado de las políticas educativas del estado, lo que podría resolverse incluso con una ratificación, pero al día de hoy, cuando apenas han transcurrido tres semanas después de la elección de gobernador, parece que ni la sección 23, de Emilio Salgado Néstor, ni la sección 51, de Jorge Luis Barrera de la Rosa, tienen en la bolsa la cartera de gobierno que anhelaban.
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Quien sí podría pasar a formar parte de la administración de Gali Fayad, ligado al magisterio pero no precisamente integrante de él, es Gerardo Islas Maldonado.
Cuentan que al presidente del Partido Nueva Alianza no le desagradaría ser una pieza importante del gobierno del estado a partir de febrero próximo ya que desde ahí podría encontrarse en posibilidades de aspirar a un cargo de elección popular en el 2018.
Islas Maldonado quiso ser diputado federal en 2015 pero se quedó sin oportunidad de competir por los acuerdos políticos que entonces hizo el morenovallismo con el ahora dirigente estatal del PRI, Jorge Estefan Chidiac.
No obstante, eso no significa que sus deseos de escalar en la política, más allá del cargo de presidente de un partido, hayan desaparecido después de la elección federal del año pasado.
Por el contrario, tras su participación como integrante de la alianza de partidos que ha respaldado al PAN, al gobernador Rafael Moreno Valle y ahora al mandatario electo, José Antonio Gali, sus objetivos personales se han robustecido.
No lo descarte para integrar el equipo de gobierno de Gali.
Eso sí, fuera de la SEP.
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Aunque Luis Banck Serrato diga que no quiere ni remotamente convertirse en candidato al gobierno del estado en el 2018, hay un grupo de empresarios poblanos, amigos del presidente municipal de Puebla, que ha comenzado a armar una suerte de fuerza promotora alrededor suyo.
Se dice que uno de estos hombres de negocios que impulsan la precandidatura de Banck es un ex priista que trabajó en la administración municipal de Enrique Doger Guerrero.
El personaje tiene empresas en el sector del transporte y el restaurantero y fue integrante del Comité Directivo Estatal del PRI, donde fungió como secretario de Finanzas.
Más atrás participó en sociedad con otros empresarios en el consejo directivo del extinto periódico El Universal de Puebla.
En efecto, se trata de Alfredo Rivera Espinosa, un hombre que en el terreno profesional, incluido el servicio público, se ha conducido de manera escrupulosa.
No puedo afirmarle que el alcalde de Puebla esté de acuerdo con la promoción del empresario o que la haya fomentado él mismo, así que habrá que darle el beneficio de la duda.
Sin embargo, lo que hay que resaltar es que, por su sola condición de presidente municipal, Banck ha comenzado a ser visto como un tirador natural a Casa Puebla.
Para mayor información:https://www.elsoldepuebla.com.mx/columna/19469-/tres-trascendidos-arrancar-semana
