Jorge Rodríguez Corona /A Puerta Cerrada/El Sol de Puebla

 

La lectura del segundo informe de gobierno de José Antonio Gali dará inicio a la cuenta regresiva para el arranque formal de la contienda por la minigubernatura del estado.

Después del medio día de hoy, tanto PAN como PRI afinarán los últimos detalles para ir a la confrontación electoral que cobrará forma la próxima semana, cuando Blanca Alcalá y Antonio Gali hayan dejado los cargos públicos que ostentan y sean oficialmente reconocidos como precandidatos de esos dos partidos.

La guerra de a de veras no empieza todavía, pero eso no impide que ambos equipos lleguen con elevadas expectativas a la antesala de la arena electoral.

En el lado del PAN, de José Antonio Gali y del morenovallismo, los operadores realizan previsiones que los llevan a creer que la ventaja de poco más de cinco puntos porcentuales sobre el PRI, con la que empiezan, terminará por ampliarse y superar los dos dígitos para el día de la elección, que se realizará el 5 de junio.

El grupo en el poder no tiene dudas de su eventual triunfo.

Los morenovallistas más pesimistas piensan que con apretar tuercas donde se necesita, en áreas y aspectos de la campaña en apariencia descuidadas, podrán retener el gobierno del estado por un periodo más.

Los más optimistas no miran fallas de inicio y consideran que la ventaja que aseguran tener en estos momentos se verá ampliada en el transcurso de la contienda, hasta llegar a por lo menos 10 puntos porcentuales.

Del lado del PRI, de Blanca Alcalá y de la Secretaría de Gobernación federal, donde han asumido las contiendas electorales estatales de este año como propias, también miran con fe hacia el futuro.

Allá en el inmueble de Bucareli se saben en desventaja, de cinco puntos, afirman, pero consideran que tres meses y medio de campaña y el impulso que le darán desde la capital del país a la senadora serán suficientes para revertir la tendencia del voto.

Nadie en el equipo de Alcalá habla de una elección ganada con 10 puntos de diferencia o más, pero sí consideran la posibilidad de voltear esos cinco puntos y ponerlos en su favor.

Se percibe más optimismo en el equipo azul y más mesura en el rojo.

Eso es comprensible, dado que el primero de ellos es gobierno y el segundo es oposición.

No obstante, en los dos hay pronósticos favorables para su causa.

Habrá que ver cuál de los dos candidatos convence a un mayor número de electores, cuál trabaja con la mejor estructura de operadores político electorales y cuál consigue una verdadera cohesión interna entre los militantes del partido por el que será postulado.

José Antonio Gali aún tiene el reto de sumar públicamente y en los hechos al panismo tradicional, ese que lidera el ex presidente municipal Eduardo Rivera Pérez.

Y Blanca Alcalá, por su parte, tiene la tarea de conseguir que esa unidad de fotografías y brazos levantados se traslade a la realidad de la campaña.

Así es como llegan al comienzo de la elección.

 

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Hasta ayer por la tarde, el edil José Antonio Gali había descartado el empleo de su segundo informe de gobierno para manifestar un mensaje político, directo y explícito, relacionado con su próxima aventura electoral.

Un discurso de carácter social, en el que destaquen los cinco ejes del plan municipal de desarrollo y el cumplimiento de sus 15 compromisos firmados ante notario público, contrastado además con logros y resultados de trienios anteriores al suyo, es lo que tenía preparado para pronunciar este medio día, cuando se pare frente a las cinco mil personas que asistirán al Auditorio Metropolitano.

Así que no espere sorpresas en el discurso ni mensajes inusuales.

El presidente municipal hará alguna alusión indirecta al futuro (su futuro) inmediato, sin duda, de la misma manera que el informe en sí mismo será un acto político de matices preelectorales, pero nada más.

Pronunciamientos directos no habrá.

 

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Se terminó la incertidumbre que reinaba en torno a la delegación de la Secretaría de Gobernación federal.

Juan Molina Arévalo retornó a esa oficina después de año y medio de haber desempeñado el mismo cargo en Oaxaca, donde colaboró de manera estrecha con la Segob de Miguel Ángel Osorio Chong y la Secretaría de Educación Pública en la atención del añejo conflicto magisterial.

Arévalo sustituyó en 2013 a Manuel Castañeda Rodríguez, imponiéndole un nuevo sello a la delegación después de que su antecesor terminara convirtiéndose en aliado del morenovallismo a través de Luis Maldonado Venegas, entonces secretario General de Gobierno.

En agosto de 2014 partió a Oaxaca, pero otra vez está en Puebla.

El lunes 8 regresó como delegado, poniendo fin a la falta de un coordinador de delegados federales y a la especulación que ello generaba entre los priistas del estado, que ya se apuntaban para el puesto.

Para mayor información:http://www.oem.com.mx/elsoldepuebla/notas/o_elsoldepuebla.htm

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...