Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente
El alto índice de impunidad que vive el país en mucho se debe a la indolencia, la corrupción, la frivolidad o abusos de los presidentes municipales. Un ejemplo es lo que ocurre con el edil de Cuautlancingo, el panista Félix Casiano Tlahque, quien 20 días después de que un comando atacó un palenque, ubicado en pleno centro de la comunidad, para llevarse a por lo menos 12 asistentes a quienes acabaron diluyendo en tambos con ácido, es la hora que no puede aclarar lo ocurrido y parece esconder mucha información.
Fuentes bien informadas del municipio indican que miembros del ayuntamiento de Cuautlancingo, del más alto nivel, estuvieron en el palenque en donde ocurrieron los hechos sangrientos y que por suerte se retiraron poco antes de que irrumpiera un comando armado –presuntamente de los zetas–, que llegó a ejecutar a los miembros de una banda rival en los negocios de robo de combustible y de control de centros clandestinos de apuestas.
Ante esa circunstancia resulta infantil que el alcalde quiera deslindarse de ese centro de apuestas bajo el argumento de que no tenía permiso municipal, aunque sí de la Secretaría de Gobernación federal, cuando el palenque estaba a unos metros de la alcaldía, era la segunda vez que se instalaba, llevaba varios días abriendo cuando ocurrió el atentado y algunos miembros de la Comuna estuvieron ahí.
Tal situación plantea dos posibilidades: el palenque recibía protección del ayuntamiento o en Cuautlancingo hay ingobernabilidad, ya que la autoridad no tiene capacidad de sancionar a un centro de apuestas que estaba al margen de las regulaciones.
Luego de guardar un largo silencio, al parecer por órdenes de la Fiscalía General del Estado, Félix Casiano este lunes salió a la prensa casi a decir qué no pasó nada. Que fue un hecho aislado, que su municipio es muy tranquilo y que no se tienen datos para asegurar que fue el crimen organizado el que cometió el ataque. Frente a tales aseveraciones, solo queda preguntarse: ¿de qué habla el señor presidente municipal?
Para empezar no se trató de un asunto de delincuencia menor, pues solo el crimen organizado tiene comandos bien organizados, con vehículos, armas de grueso calibre y con la saña de diluir en ácido a sus victimas. No se gana nada diciendo que lo ocurrido fue algo sin importancia.
Cuautlancingo no es municipio tranquilo, registra un creciente índice de asaltos a casa habitación y proliferación de negocios de giros negros. Hace un par de años en el centro nocturno Bikinis fue detenido un grupo de 9 sujetos, por escandalizar, y resultaron ser integrantes de una célula de zetas dedicada a la extorsión. Esos delincuentes quedaron libres y se sabe que ahora encabezan a las bandas que roban hidrocarburos.
Los autores de la matanza de hace 20 días están libres, siguen operando y nada garantiza que vuelvan a actuar de la misma manera. Frente a esa situación nada se gana con un alcalde, como Félix Casiano, al que le gusta esconder la cabeza.
Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/03/22/238902/
