Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

 

Un acuerdo que había antes de la elección de gobernador era que a los 15 días de las votaciones del 5 de junio sería removido Gerardo Islas Maldonado, como presidente estatal del Panal, pues no es aceptado en las estructuras del magisterio poblano. Sin embargo, la intervención del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas frenó la concreción de esa promesa y por esa razón, el pasado fin de semana, estuvo en la capital Luis Castro Obregón, el líder nacional del Partido Nueva Alianza, quien vino a ratificar al dirigente local de dicha fuerza política.

Lo anterior, junto con el resultado de los recientes comicios, ha generado un enorme malestar entre los miembros de la estructura política del SNTE y del Panal, al no haberse cumplido con tres de las cuatro metas que se proyectaron para el actual proceso electoral, entre las cuales se incluía la salida de Islas Maldonado.

Por eso se vive una situación peculiar, curiosa, entre las filas del magisterio poblano pues existe mucho enojo con lo que pasó en las elecciones. Se percibe un ambiente de derrota y no pareciera que el Panal hubiera formado parte de la coalición Sigamos Adelante, que arrasó en las votaciones de hace dos domingos y acabó vapuleando al PRI.

Resulta que a principios del año entre las filas del magisterio existió una especie de rebelión contra el proyecto de alianza entre el Panal y el PAN, o mejor dicho entre el aparato político del SNTE y el morenovallismo. El malestar se reducía a una pregunta: ¿Quién es el dueño del Panal, el sindicato de maestros o el gobernador Rafael Moreno Valle Rosas?

Las quejas iban en dos sentidos: por un lado, el mal trato que priva en la Secretaría de Educación Pública en contra de los miembros del sindicato; y por el otro, que Gerardo Islas utiliza al Panal como una franquicia para su proyección personal y defender los intereses de Moreno Valle, pero quienes acaban haciendo el trabajo político son las estructuras del magisterio poblano que son maltratadas por el morenovallismo.

Ese ambiente parecía hacer propicias las condiciones para que el Panal se acabara aliando con el PRI y le diera la espalda al morenovallismo. Sobre todo porque en el resto del país, en donde hubo comicios, el partido del magisterio se entendió mejor con el tricolor.

La noche del pasado 22 de febrero, Juan Díaz de la Torre, el líder nacional del SNTE, luego de entrevistarse con Miguel Ángel Osorio Chong, el secretario de Gobernación, en una reunión privada le comunicó a Luis Castro que para el caso de Puebla el Panal haría una excepción y jugaría en contra del PRI. Por tanto la orden fue no romper con el gobernador Moreno Valle.

Tal situación planteó un dilema complicado para los líderes de las secciones 23 y 52 del SNTE, quienes para lograr convencer a los miembros de la estructura política de respetar y sumarse al acuerdo de coalición con el PAN, se planteó el siguiente acuerdo, que tenía cuatro metas:

Primera: que el Panal obtuviera por lo menos 100 mil votos en los comicios del 5 de junio, como una manera de garantizar su registro y un importante crecimiento electoral.

Segunda: que se convirtiera en la tercera fuerza política del estado, desplazando al PRD y a Morena, que son los dos partidos de mayor simpatía de los maestros.

Tercera: que el Panal fuera recuperado como un partido del magisterio y para ello se planteó la necesidad de que los dirigentes tienen que ser maestros. En tal sentido, se prometió de parte de la dirigencia del SNTE que a los 15 días de las votaciones dejaría el cargo Gerardo Islas, como parte del proyecto de darle a dicha fuerza una identidad más cercana a los intereses del sindicato de profesores.

Cuarta: que en caso de que ganara Antonio Gali Fayad –algo que ya sucedió– incorpore a un número importante de maestros en su gobierno.

Al final, de las 4 metas, las 3 primeras no se cumplieron y está pendiente el cuarto compromiso.

El Panal obtuvo 62 mil 415 votos, cifra muy por debajo de la meta de 100 mil sufragios y sin posibilidades de desplazar al PRD y a Morena. Al revés, apenas pudo salvar el registro, al conseguir el 3.3 por ciento del total de la votación.

Lo que más agravió ha provocado es que todos los miembros de la estructura política esperaban la salida de Gerardo Islas, quien de acuerdo con lo planeado, sería sustituido temporalmente por Roberto Villareal Vaylón, el secretario del Comité Directivo Estatal del partido, en lo que se concertaba con Luis Castro y Juan Díaz de la Torre la elección de un profesor como nuevo líder de esta fuerza política.

Todo indica que el gobernador intervino ante la cúpula nacional del SNTE para exigir la permanencia de Gerardo Islas, y en el sindicato se cedió bajo la idea de que –por ahora– no conviene entrar en conflicto con el morenovallismo, luego de que el Panal perdió, junto con el PRI, varias elecciones de gobernador en el resto del país.

El anunció que el domingo pasado realizó Luis Castro a favor de la permanencia de Gerardo Islas cayó como balde de agua fría en la estructura política del magisterio, ya que con ese anunció les quedó claro que el Panal sigue siendo una franquicia del morenovallismo y no es el partido del sindicato de maestros.

A eso se debe a que en el Panal y en el SNTE muchos maestros se sientan mal y de malas por el resultado electoral, pese a que están del lado de los vencedores. Ironías de la política local.

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/06/15/moreno-valle-freno-la-defenestracion-de-gerardo-islas-como-dirigente-del-panal/

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...