Jorge Rodríguez Corona /A Puerta Cerrada /El Sol de Puebla

 “En el PRI lo que estamos buscando es la no reelección del gobernador Rafael Moreno Valle”, soltó Manlio Fabio Beltrones después de bajarse del templete y tomar protesta a Blanca Alcalá Ruiz.

En entrevista con reporteros, el dirigente nacional del PRI le puso nombre y apellido al destinatario de las críticas que serán la columna vertebral en la estrategia discursiva de la campaña tricolor.

No lo hizo cuando tuvo el micrófono frente a los 16 mil 400 delegados electorales que ungieron este domingo a su candidata, pero lo hizo al menos con los representantes de los medios, que, para los propósitos priistas de infundir ánimo entre sus militantes, ya fue un avance.

Manlio Fabio vino a cumplirle a la senadora con licencia ya convertida en candidata a gobernadora.

Como colofón a una semana complicada para el PRI, que terminó con la sospecha de la existencia de un eventual acuerdo entre el presidente Enrique Peña Nieto y Moreno Valle para cederle la plaza al PAN y a José Antonio Gali, el presidente del Comité Ejecutivo Nacional tricolor llegó a Puebla con la encomienda de combatir esa incipiente, y peligrosa, percepción.

“Esos rumores (los que hablan del supuesto pacto) los esparce un gobierno que tiene miedo”, contestó Beltrones ante las obligadas preguntas de los reporteros.

El líder tricolor vino a hacer su trabajo y lo hizo bien.

El respaldo de la dirigencia nacional, que incluyó a la secretaria general Carolina Monroy del Mazo, le mostró al priismo local que su presidente de partido no se encuentra en la ruta de ningún acuerdo político para traicionar a su candidata.

Ahí radica la relevancia del acompañamiento de Manlio Fabio a Blanca Alcalá.

El mensaje de apoyo en una coyuntura compleja fue ése: no hay pacto con el gobernador de Puebla y vamos para adelante con nuestra candidata.

Quedó claro, sí, pero por parte del CEN de Beltrones.

Ahora falta que la Secretaría de Gobernación (de Osorio Chong) y Los Pinos (de ya sabe usted quién) den muestras de andar en la misma sintonía.

 

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Dos trascendidos en torno al Comité Directivo Estatal del PRI.

Ayer por la noche, después de la unción de Blanca Alcalá celebrada en un inmueble de San Andrés Cholula, Ana Isabel Allende Cano comenzó a recibir expresiones de agradecimiento y felicitación por el desempeño de 17 meses al frente del priismo del estado.

La ex diputada federal por Ciudad Serdán fue la primera presidenta mujer del partido y la responsable formal de la victoria obtenida por el PRI en las elecciones federales de 2015, cuando el tricolor (con ayuda del morenovallismo en tres demarcaciones: Izúcar, Ajalpan y Atlixco) ganó nueve de 16 distritos.

Esas manifestaciones de agradecimiento significaron también una despedida.

Ana Isabel Allende vive sus últimas horas como inquilina del edificio de la Diagonal Defensores de la República.

El primero de los trascendidos es que siempre sí será removida de la dirigencia del partido.

Mañana martes llegará al PRI el sustituto de la ex legisladora.

El segundo de los trascendidos es que ya no será el empresario Ricardo Urzúa Rivera quien ocupe su lugar.

En efecto, como adelantó el diario Cambio la semana pasada, las ligas de Urzúa con el ex gobernador Mario Marín Torres obligaron al ‘war room’ de Alcalá a buscar una tercera vía.

Se sabe que hasta ayer por la noche todavía no se alcanzaba un consenso sobre la identidad del relevo.

Pero aun así, allá en el equipo de precampaña existía la certeza de que será este martes, 1 de marzo, cuando por fin se lleve a cabo el nombramiento del nuevo dirigente.

Por cierto, un personaje que se incorporará esta semana a la precampaña de la candidata del PRI es René Juárez Cisneros, ex gobernador de Guerrero en el periodo de 1999 a 2005.

Quien no regresará es Ismael Hernández Deras, el senador por Durango al que (en mi opinión) se le atribuye más gloria de la debida por los resultados electorales del 2015.

 

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Un comunicado emitido el domingo por el área de comunicación social del PAN informa que este fin de semana fue celebrada una Reunión Estatal de Estructuras Municipales, que tuvo como objetivo abordar diferentes temáticas para fortalecer la unidad y cercanía de los militantes.

Al encuentro asistieron en representación del Comité Directivo Estatal Jesús Giles Carmona, presidente, y Martha Erika Alonso, secretaria general.

El boletín abunda en el interés del partido por fomentar la unidad interna de cara al proceso electoral y de la necesidad de mantener la transformación y el progreso en Puebla.

Eso dice el comunicado.

Lo que ya no dice, pero aquí se lo voy a contar, es que esa reunión también sirvió para que la secretaria general informara a los dirigentes municipales de la deuda heredada por el ex presidente Rafael Micalco al partido y que asciende a tres y medio millones de pesos.

Así es.

La actual dirigencia trae una bronca con el ex diputado federal por el incumplimiento de la entrega de partidas previamente aprobadas a los comités directivos municipales, lo que ocurría desde seis meses antes de su salida, en diciembre del año pasado.

Rafael Micalco acusa a Giles de haber presentado una denuncia por despojo en su contra como parte del hostigamiento emprendido para impedirle la reelección en la dirigencia, pero oculta que el domingo 6 de diciembre, a las 20:00 horas, ya tenía listos dos camiones de mudanzas repletos de información contable que acababa de sacar del partido.

La historia arrojará nueva información en los días por venir.

Para mayor información:http://www.oem.com.mx/elsoldepuebla/notas/o_elsoldepuebla.htm

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Fundadora y directora editorial del portal de noticias Ángulo 7. A los 14 años decidió que quería dedicarse al periodismo. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana de Puebla. Fue becada...