Carlos Rocha/La Jornada de Oriente

Las quejas contra la desarrolladora de vivienda Homex, que en Puebla iniciaron desde 2007, llegaron a finales de abril pasado a la Bolsa de Nueva York, cuando la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC–Securities and Exchange Commission) abrió una investigación en su contra por un posible fraude durante el periodo 2012–2014.

La empresa, que edificó en Puebla el fraccionamiento Valle Real en Atlixco y Valle de San Miguel en Huejotzingo, reconoció la investigación en su contra y aceptó la intención de la SEC de “llevar a cabo una acción en contra de la compañía por presuntas violaciones a disposiciones anti – fraude relacionadas con varios reportes, controles internos y registros contables en base a lo establecido en la Ley de Valores, relacionado con el registro contable y reconocimiento de ingresos y costos derivados de la venta de inmuebles en el período 2010–2012”, como lo expuso la empresa en un comunicado el 5 de mayo pasado.

La “Desarrolladora Homex, S.A.B. de C.V.”, que se define a sí misma como una compañía desarrolladora de vivienda enfocada en los sectores de vivienda de interés social y vivienda media en México, afirmó que tiene la intención de responder dicho requerimiento a fin de aclarar las presuntas violaciones.

Incluso atendió la recomendación de separar de su cargo a directivos para que se llevara a cabo la investigación. Fue así que el Consejo de Administración de Homex aceptó la petición de Gerardo de Nicolás, director general, y Carlos Moctezuma, director de Finanzas, para tomar licencia, y designó a Eustaquio de Nicolás y a Alberto Islas, respectivamente, para cubrir las funciones de los salientes durante el tiempo de la licencia.

El nuevo director, De Nicolás, fue el fundador de Homex en 1989 y ha sido presidente de su Consejo de Administración desde el año 1998. Por su parte, Islas trabaja desde octubre de 2015 como director de Planeación Estratégica y delegado especial del Consejo de Administración.

También se nombró a Alberto Menchaca como director de Operaciones de la empresa en la que entró a trabajar desde 1996 y en la cual ha ocupado distintos cargos, como director de la División México, en donde tenía que dirigir las operaciones de venta y construcción de la Compañía en aproximadamente 35 ciudades con 89 proyectos activos.

En este mismo año, pero antes del anuncio de investigación de parte de Wall Street, la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) solicitó a Homex que retransmitiera a la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) la información financiera anual para el periodo terminado el 31 de diciembre de 2015, y recomendó agregar información con relación a los pasivos con costo de la compañía así como información respecto a los principales proveedores de dicha desarrolladora.

Y es que en enero de este año la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV) aplicó ocho sanciones por 12 millones 264 mil pesos contra Homex por no elaborar estados financieros conforme a los principios de contabilidad reconocidos por la autoridad.

De acuerdo con la Comisión, Homex no remitió a la Bolsa Mexicana los reportes correspondientes a los tres primeros trimestres de 2014 y el último de 2013; además, de que tampoco efectuó una asamblea general entre los accionistas dentro del plazo que se establece en la ley.

Este medio de comunicación buscó la postura de Homex sobre esta situación y su impacto en las unidades habitacionales que edificó en Atlixco y Huejotzingo, pero vía telefónica el personal de comunicación se limitó a referirse a los comunicados institucionales.

La desarrolladora de origen sinaloense cerró sus oficinas en la capital poblana y en su sitio de internet http://www.homex.com.mx/ ya no aparece Puebla como parte de sus desarrollos activos, como lo están las ciudades de Culiacán, La Paz, Atizapán, Acapulco, Córdoba, Guadalajara, Hermosillo, León, Los Cabos, Mexicali, Ciudad de México, Monterrey, Morelia, Nayarit, Pachuca y Tijuana.

En Puebla, fraccionamientos en el olvido

Mientras en las Bolsas de Nueva York y México se realiza una investigación a los estados financieros de Homex, en el terreno de la vivienda la realidad es inhumana. Al ya no existir representación de la desarrolladora sinaloense en los fraccionamientos han llegado grupos oportunistas que se aprovechan de la situación, como lo definieron vecinos entrevistados de estas unidades habitacionales.

Las casas de los dos fraccionamientos no han soportado la presente temporada de lluvias y pedazos de loza se caen en cada aguacero, caciques del transporte público han impuesto sus rutas por las nuevas viviendas entre las que, además, falta el alumbrado público y servicios de recolección de basura.

El fraccionamiento Valle Real, en Atlixco, fue el primero en edificarse hacia 2006–2007 en terrenos ejidales; un par de años después inició la comercialización de casi 3 mil viviendas que al día de hoy no han sido totalmente ocupadas, y hasta la fecha no han sido municipalizadas por el ayuntamiento de este municipio.

“Nos cobran predial, suministro de agua y drenaje, pero no hay alumbrado público, rondines de seguridad, recolección de basura, mantenimiento de calles ni de tuberías”, comentó Himelda Cortés, vecina del polígono conocido como la H.

Las casas, en su gran mayoría del llamado “Prototipo Arce”, son construcciones de 37.24 metros cuadrados en un área de 64 metros cuadrados de terreno. Tienen una pequeña recámara, un baño, sala–comedor, un fregadero que hace la función de cocina y un patio de servicio.

Las casas en dicho fraccionamiento, ubicado sobre el kilómetro 24 de la carretera federal Puebla–Atlixco, y conocido popularmente como “Fraude Real”, tienen un costo de 205 mil pesos a pagar en por lo menos 20 años, dependiendo de la calidad crediticia ante el Infonavit o Fovissste.

Luego entre 2009 y 2011 Homex comercializó en el municipio de Huejotzingo el fraccionamiento Valle de San Miguel, ahora denostado como Valle de Lágrimas, aunque en este caso sí quedó municipalizado el territorio, las viviendas no cuentan con protecciones, agua potable, drenaje, escuelas, alumbrado, áreas verdes ni vigilancia, como estipula el contrato de compra–venta.

En este caso, también, gran parte de las casas se pagó con crédito de Infonavit, por lo cual los vecinos entrevistados consideran que existió el desinterés de la desarrolladora inmobiliaria por resolver fallas de la construcción.

Debido a la falta de seguridad en ambos fraccionamientos los vecinos se han organizado y creado sus propios comités de vigilancia, en algunos polígonos se cobra una mensualidad que va de 100 a 150 pesos para el pago de un velador quien también se encarga de recoger la basura de las casas.

La concentración de las nuevas poblaciones en los dos municipios orilló a que se demandará la construcción de espacios educativos, en el caso de Atlixco el Movimiento Antorcha Campesina se adueño de la exigencia y gestionó recursos para un Preescolar, Primaria y Secundaria Técnica, a las cuales, en un principio, solo acudían simpatizantes de esta organización a la cual pertenece el diputado federal de este distrito Juan Manuel Celis Aguirre.

En el caso de Valle de San Miguel, la constructora entregó parte de su propiedad al ayuntamiento municipal para la construcción de la escuela Primaria Fray Juan de Alameda, que está dentro de las instalaciones del Centro Comunitario de esta unidad habitacional, pero carece del equipamiento básico para las asignaturas.

Durante la época en que Homex comercializó las más de seis mil viviendas en Puebla, ésta viviendera fue la peor calificada en el índice de Satisfacción del Acreditado (ISA) que mantiene el Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit).

En 2012 Puebla se ubicó entre los cuatro peores estados para la adquisición de vivienda, por precio y calidad. El ISA arrojó que en ese año los compradores poblanos pusieron un promedio de calificación de 75.57 por ciento, el cual quedó abajo del promedio nacional, que fue de 80.97.

En ese año Homex tuvo el promedio más bajo de la entidad al reportar 74.63 por ciento, abajo del promedio del estado y muy por debajo del nacional. En el ISA los usuarios calificaron que tuvieron que enfrentar viviendas de mala calidad en materiales, pocas comodidades y los servicios básicos alejados.

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