Programa de radio 22 Mayo

Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

Sin duda alguna el PRI mandó a su mejor cuadro a contender por la minigubernatura de Puebla en la figura de Blanca Alcalá Ruiz, aunque hubo un detalle que generó mucho desconcierto durante el “destape” de la senadora, que fue la ausencia de Manlio Fabio Beltrones, el líder nacional del tricolor, quien no se le vio levantando la mano a la legisladora ni expresó beneplácitos en sus redes sociales.

Lo único que hizo el ex gobernador de Sonora y cabeza del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRI fue replicar en twitter el comunicado del CEN, en el cual se respalda a Blanca Alcalá como candidata de unidad. Eso se vio como un gesto frío y distante.

Se esperaba que Manlio Fabio Beltrones le levantara la mano a la ex edil de Puebla o por lo menos manifestara elogios en las redes sociales. Aunque hace algunos días dio a entender que apoyaba la idea de que una mujer fuera la abanderada tricolor de Puebla, lo que importa es lo que se hace el día del destape oficial.

Una segunda ausencia importante es que ayer –en la tarde– en la presentación de Alcalá en la sede del Comité Directivo Estatal del PRI no asistieron los ex gobernadores Melquiades Morales Flores y Mario Marín Torres, quienes son parte fundamental del manejo de las estructuras del tricolor.

De Melquiades Morales se entiende debido a que es un político ligado a los intereses del PAN y del gobernador Rafael Moreno Valle Rosas; pero no así la inasistencia de Mario Marín Torres, quien sigue ejerciendo un importante liderazgo en la bases del tricolor.

Tampoco se vio a los líderes de los sectores obrero y campesino del PRI, es decir Leobardo Soto y Marisa Marín, respectivamente. El primero es un dirigente obrero que con todo descaro ha hecho negocios a la sombra del gobierno morenovallista. La segunda tendría que haber estado en la sede del tricolor no solo porque su partido ya tiene candidata, sino por un asunto de solidaridad de género.

Quien le acabó levantando la mano a Blanca Alcalá fue Ana Isabel Allende Cano, quien está viviendo sus últimos días como presidente del PRI, luego de que ha trascendido que será removida y la mayoría de los grupos del tricolor se quejan de su falta de liderazgo, de trabajo político y de compromiso con dicho instituto político. Es decir es una figura devaluada.

Todas esas ausencias pueden ser producto de descuidos, de la premura con que el CEN hizo público el respaldo a Blanca Alcalá, luego de que se creía que el destape sería hasta la segunda quincena de febrero.

Pero también se tiene la percepción de que las ausencias antes mencionadas, sobre todo la de Manlio Fabio Beltrones, pueden ser focos rojos que alerten que la nominación de Blanca Alcalá no se generó en las mejores condiciones de unidad de las facciones priistas, de un convencimiento pleno de que es la mejor opción y de un acuerdo armónico entre los grupos de poder.

Se especula que el destape de Blanca Alcalá se dio luego de que recibió el espaldarazo del llamado Grupo Hidalgo, el de Miguel Ángel Osorio Chong, secretario de Gobernación, y quien recibió la encomienda del presidente Enrique Peña Nieto de ser uno de los “filtros” para analizar a los candidatos del tricolor a gobernadores.

En ese sentido pareciera que Manlio Fabio Beltrones aceptó la postulación de la ex edil de Puebla por haber sido respaldada por el Grupo Hidalgo, pero no porque el líder del tricolor estuviera plenamente convencido de que la senadora es la mejor opción, luego de que el sonorense buscó colocar al ex legislador Enrique Doger Guerrero.

Seguramente en los próximos días se sabrá si la ausencia de Manlio Fabio Beltrones fue un descuido de organización, que se puede enmendar, o si se trató de un mensaje negativo hacia la segura nominación de Alcalá Ruiz.

Más allá de lo que haya motivado la no presencia de Manlio Fabio Beltrones, de Mario Marín o Marisa Marín, la actual coyuntura obliga a Blanca Alcalá a evitar dos situaciones criticas:

La primera que en su campaña enfrente una actitud de “brazos caídos” de las facciones locales del PRI, consistente en que las cabezas de esos grupos digan públicamente que si apoyan a la candidata, pero en la práctica eso no ocurra.

El desconcierto que ayer e veía en los rostros de Enrique Doger Guerrero y Javier López Zavala, ambos ex legisladores federales y actuales aspirantes a la nominación, Alcalá deberá evitar que no solo sean rostros de un mal día, sino que se conviertan en campañas orquestadas en su contra.

Un segundo reto es que Blanca Alcalá no se desgaste y acabe su capital político en la intrigas internas del PRI.

La segura candidata del tricolor tiene que hacer una campaña contrastante con los yerros, abusos y omisiones del gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, para que de esa manera concite la participación a su favor de las bases del PRI y de todos aquellos sectores del electorado que han estado alejados del tricolor o han sido parte del anti priismo.

Blanca Alcalá llega a la postulación con una imagen positiva, que da esperanzas a muchos sectores de la sociedad de que se puede derrotar en las urnas al morenovallismo, y para evitar que ese capital político se vea disminuido tiene que evitar que las intrigas del PRI la acaben vulnerando.

Para mayor información:http://www.lajornadadeoriente.com.mx/2016/01/29/descuido-o-un-mensaje-negativo-la-ausencia-de-beltrones-en-el-destape-de-blanca-alcala/

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Director general y fundador del portal de noticias Ángulo 7. Es originario de Puebla y estudió Ciencias y Técnicas de la Comunicación en la Universidad Cuauhtémoc. Ha sido reportero en los periódicos...