Paula Carrizosa/La Jornada de Oriente

Uno más de los espacios culturales de Puebla cerrará como reflejo de la nula política cultural, como ejemplo de la actitud opaca y privatizadora sobre el manejo patrimonialista que se da a los bienes del Estado, ambos sellos de la actual administración morenovallista. Esta vez, se trata de la Casa del Escritor, un proyecto que puso a Puebla a la altura de las ciudades del mundo preocupadas por el bienestar de los escritores, ya que –en su origen- se trató de una casa que funcionaba a manera de albergue para creadores literarios perseguidos en sus países.

Este miércoles 27 de julio, a 13 años de su apertura y tras el abandono estatal, el recinto ubicado en la calle 5 Oriente número 201 fue despojado de la placa que la denominaba como “Casa Refugio” en la que además se privilegió y se dio pauta –no en los últimos tiempos- a la creación literaria.

Un par de jóvenes vestidos de azul fueron los encargados de retirar la placa que conmemoró el acto de apertura ocurrido el 1 de abril de 2003, el cual estuvo presidido el escritor ganador del Premio Nobel, Wole Soyinka.

Con ello, culmina el abandono y olvido constantes que pesaron sobre esta casa refugio impulsada por Pedro Ángel Palou, secretario de Cultura en el sexenio de Melquiades Morales Flores, que tuvo una inversión de 3 millones 800 mil pesos.

Si bien en los últimos años apenas estuvo ocupada por talleristas y por algunos residentes –no escritores- que incluso tenían que pagar una especie de renta –como el comprar gas si querían tener agua caliente-, la Casa del Escritor era un referente de la vida literaria de Puebla.

Todavía en 2012, el secretario ejecutivo del Consejo Estatal para la Cultura y las Artes (CECA), el poeta José Saúl Juárez Vega, aseguró que la Casa del Escritor no estaba en venta ni cerraría sus puertas, a pesar de que el edificio es uno de los que enlistó el gobierno estatal dentro de un paquete de siete inmuebles que se pretendían desincorporar del patrimonio público para poder ser comercializados.

“No nos han pedido información, no habrá enajenación; seguiremos trabajando”, señaló entonces el funcionario estatal a los medios locales a un par de días de que la Comisión de Hacienda y Patrimonio Municipal del Congreso del estado aplazara la discusión de la enajenación de ese inmueble.

“Seguiremos en esa sede, el consejo esta fuerte, trabajando en los proyectos presentados”, dijo entonces el funcionario que ahora es subsecretario de la Secretaría de Cultura federal.

No obstante aquella afirmación, la Casa del Escritor parece ser uno de los inmuebles que pertenecen al patrimonio público del estado y que serán puestos en venta sin conocer su costo ni contar con un estudio que demuestre que esos bienes son una carga para el erario, como arguye tanto el Congreso estatal como el gobernador Rafael Moreno Valle.

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