Aldo Bonanni/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente
Atrás de las complicaciones para lograr una alianza electoral en Tlaxcala entre el PRD y el PAN se encuentra la mano no solo de la senadora Adriana Dávila Fernández, sino también del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa y su esposa, Margarita Zavala, con un doble afán: por un lado buscar una gubernatura para una calderonista –en la persona de la legisladora Dávila Fernández–, y por otro cobrarle “viejas facturas” al jefe del Poder Ejecutivo de Puebla, Rafael Moreno Valle Rosas.
Desde el año pasado el grupo político de la senadora Adriana Dávila se puso como meta demostrarle al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) panista que en el PAN de Tlaxcala no manda Rafael Moreno Valle Rosas, luego de que el gobernador poblano maniobró para intentar imponer a los tres candidatos a diputados federales del albiazul de ese estado, logrando solamente colocar a un abanderado.
En la óptica numérica al PAN le conviene una alianza con el PRD para poder derrotar al PRI, o mejor dicho al grupo del gobernador Mariano González, pero se sabe que Felipe Calderón y Margarita Zavala han influido, maniobrado en el CEN panista para que no se decidiera desde la cúpula nacional del albiazul esa coalición entre el partido de la derecha y el instituto del sol azteca.
Al final el CEN panista ha consultado a los grupos locales del PAN en Tlaxcala y éstos se han manifestado contra la alianza del PRD.
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