Fermín García / Cuitlatlán / La Jornada de Oriente
En días recientes la ex legisladora del PAN y ex integrante de la Comisión de Acceso a la Información Pública (CAIP), Josefina Buxadé Castelán, fue incorporada a un alto cargo en la Secretaría de Educación Pública (SEP). El nombramiento de esta polémica mujer parecería ser una estrategia de fin de sexenio para que se encargue de frenar las solicitudes de información que se hagan respecto al obscuro manejo que se ha hecho del presupuesto de la SEP.
Dicha función ya la jugó Buxadé en meses recientes, ya que se sabe que luego de quedarse desempleada al concluir la pasada Legislatura local se acabó refugiando como una especie de asesora del área de Comunicación Social del gobierno del estado, en donde ella se encargaba de recomendar la manera de rechazar solicitudes de acceso a la información dirigidas al Poder Ejecutivo.
Aunque Buxadé se define en su perfil de Twitter como una “transparentologa”, en realidad su trayectoria en los últimos cuatro años ha sido penosa y una traición a los ideales que representaba, pues de ser una respetada académica que luchaba por la transparencia y los abusos cometidos en el gobierno de Mario Marín Torres, en el presente sexenio se convirtió en el artífice de la opacidad de la administración de Rafael Moreno Valle.
Buxadé jugó un papel fundamental para que en el año 2010 la entonces candidatura a la gubernatura de Rafael Moreno Valle Rosas fuera vista por varios sectores del electorado como un proyecto ciudadano que se proponía reformar el Poder Ejecutivo, ya que la académica de la UDLAP y ex comisionada de la CAIP al ser postulada como aspirante a diputada lo hacía planteando una agenda de temas e inquietudes generadas por movimientos ciudadanos.
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