El huauzontle es un quelite mexicano de gran valor nutrimental y muy apreciado desde tiempos prehispánicos. Comienzan a crecer en zonas húmedas desde el mes de marzo hasta septiembre, por lo que son una opción más para esta temporada de Cuaresma.

La palabra huauzontle, viene del náhuatl huauhtzontli; de huauhtli, bledo, y tzontli, cabello. Que puede traducirse como cabello o maleza del bledo, y que deriva de su forma ramificada. Su consumo en México se realiza desde antes de la llegada de los españoles, aprovechando sus flores como alimento.

Por su cercanía con la temporada de Cuaresma, coincide con la ausencia de carnes en algunos hogares mexicanos. Por lo que es una alternativa para quienes, por gusto o tradición, buscan una opción deliciosa para consumir durante esta temporada. En algunas partes de Puebla y Tlaxcala, los huauzontles se preservan secos para después hidratarlos durante los periodos de sequía.

La preparación más común, es como tortitas capeadas rellenas de queso, con caldillo de jitomate. Sin embargo, hay quienes omiten el capeado o, a la inversa, quienes las consumen sin caldillo. Pero el paso que no se omite, es el de hervirlas o cocinarlas, pues crudas tienen un sabor amargo.

Huauzontles, herencia prehispanica

Durante la época colonial, en cambio, esta fue prohibida. Pues los conquistadores la confundían con el amarando, asociado en ese momento con sacrificios humanos por su utilización cómo ofrenda en tumbas de sacerdotes y gobernantes indígenas.

Actualmente, puede encontrarse en Oaxaca, Puebla, Guerrero y Tlaxcala. Sin embargo, es Puebla el principal productor de este quelite. En consecuencia, también es en las mesas, mercados y restaurantes poblanos donde puede encontrarse para su degustación.

El huauzontle contiene grandes cantidades de vitaminas A, B, B1, B2, B3, C y E, así como minerales, hierro, fósforo y calcio. También posee propiedades anticancerígenas, antioxidantes, estimula la memoria y el buen funcionamiento del cerebro, intestino y colon.

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