Bajo la gestión de Alfonso Esparza Ortiz en la BUAP, los profesores titulares tipo A de tiempo completo ganan un salario neto de 16 mil 822 pesos al mes, o 201 mil 864 al año, mientras que a asesores externos se paga hasta 1 millón de pesos anuales.
A través de su cuenta de Facebook, la investigadora Beatriz Gutiérrez Müller reveló que, tras obtener su contrato definitivo como profesora del Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades (Icsyh) de la BUAP, en noviembre pasado, su percepción neta asciende a dicho monto mensual.
De acuerdo con la experta en literatura, quien también es esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, su plaza está adscrita al posgrado en Ciencias del Lenguaje y entra en la categoría Profesor Investigador Titular de Tiempo Completo (PIT-PTC) nivel A.
Un Tabulador de Puestos Mensuales del Ejercicio 2018, en poder de Ángulo 7, indica que el salario neto de este tipo de docentes ha subido apenas tres por ciento en dos años, menos que la inflación, pues en ese año era de 16 mil 347.11.
No obstante, según lo que relata Gutiérrez Müller en su publicación, realizada a raíz de una solicitud de información hecha a través del INAI, la labor del profesor va más allá de la docencia, debido a que la mayoría se dedica también a la investigación, escribe libros y dirige tesis de alumnos.
“Por investigar en sí no hay paga extra (incluso, hay que poner dinero porque escasamente las universidades financian nuestras investigaciones) pero sí las publicaciones de resultados permiten al maestro participar en convocatorias públicas para obtener estímulos o becas y hacerse de un algún recurso extra, que tampoco es tanto (una vez me dieron uno de 18 mil para un año)”, relata en la red social.
Asimismo, indica que los docentes que ingresan al Sistema Nacional de Investigadores (SNI), lo cual genera reconocimiento para las plantas docentes de la BUAP, están sujetos a evaluaciones con estándares internacionales para recibir un estímulo mensual.
En su caso, por ejemplo, refiere, a través de un oficio dirigido al director del Icsyh, Francisco Vélez Pliego, que realiza 13 actividades relacionadas con su puesto, adicionales a la impartición de 15 seminarios de posgrado desde 2014.
Entre ellas, menciona la dirección de tres tesis de maestría y una de doctorado, así como la presentación de siete conferencias, diez artículos de investigación, 11 capítulos de libros y dos libros de investigación.
De asesores, poco transparenta
En contraste, de los múltiples asesores a los que la administración de Esparza paga, año con año, hasta cinco veces más que a sus investigadores por concepto de honorarios de “servicios profesionales, poco o nada se sabe sobre lo que hacen.
Este medio ha documento, con base en datos de la Tesorería General, casos como el de Daniel Rigoberto Becerra Rodríguez, a quien la BUAP pagó, tan sólo en 2016, 1 millón 35 mil 207.11 pesos por “servicios de asesoría”.
De 2014 a 2016, Becerra Rodríguez recibió un total de 2 millones 504 mil 949.01 pesos, pero destaca que la información pública sobre él es escasa y vaga: su nombre no aparece en el Registro Nacional de Profesionistas de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Otro caso es el de Mario David Riveroll Vázquez, quien recientemente renunció como contralor de Puebla capital entre críticas de regidores a los escasos resultados de su gestión.
Este contador de profesión recibió 2 millones 338 mil 420 pesos por honorarios de “servicios profesionales” entre 2013 y 2016, lo cual es más del doble del millón 79 mil 941.76 que percibió como profesor asociado en la Facultad de Contaduría Pública de la BUAP.
Los documentos de la Tesorería también revelan gastos que parecen excesivos a la luz del discurso de austeridad que sostiene el rector Esparza Ortiz, como una “función de lucha libre”, por la cual la universidad pagó 226 mil 199.99 pesos a Juan González Cruz en 2013, y una “presentación pastorela”, por la que María Guadalupe Sandoval Flores recibió 100 mil pesos ese mismo año.
Cabe recordar que, el pasado 3 de enero, López Obrador criticó que las administraciones de universidades públicas paguen poco a los maestros, mientras “los de arriba” hacen derroche y gastos superfluos, por lo que las llamó a cuidar el dinero que reciben del erario.
