En 1994, tras la salida de “Mortal Kombat”, el sangriento y brutal juego de pelea originó un escándalo por su violencia y contenido explícito para su época. Hecho que enfureció a los padres e incluso los llevó a prohibir el juego a sus hijos.
Como resultado de esto, la Digital Software Association creó una organización que se encargaría de clasificar los videojuegos hasta el día de hoy. Así como establecer parámetros en la venta y distribución de una industria que estaba creciendo exponencialmente. ¿Cuáles son las clasificaciones?
Las clasificaciones T (para mayores de 13 años), M (para mayores de 17 años), AO (exclusivo para adultos), RP (pendiente de clasificación) y EC (para niños pequeños) son actualmente una guía para que los padres conozcan el contenido que consumen sus hijos.
Las clasificaciones se han adaptado a lo largo de estos treinta años. Incluso contamos en la actualidad con un organismo que clasifica los videojuegos en México: la Dirección General de Radio, Televisión y Cinematografía, que es la encargada de asignar las clasificaciones a los videojuegos desde mayo del 2021. El primer título clasificado por este organismo fue New Pokémon Snap, obteniendo una “A”, es decir, “apto para todo público“.
Pero, ¿cómo se clasifica un videojuego?
Los organismos como la Entertainment Software Rating Board (ESRB) analizan la presencia de elementos como sangre, drogas, lenguaje vulgar y contenido sexual. Determinan el sector apropiado para el público y reciben su clasificación.
Por ello, al lado del logotipo, podrás observar elementos por los cuales el juego obtuvo esa clasificación. Como son dichos aspectos anteriormente señalados como la violencia explícita y la presencia de alcohol o drogas.
Hoy en día, contamos con muchos sistemas encargados de limitar el acceso a público no apto para el juego. Por ejemplo, la autenticación de dos pasos o el control parental, que teóricamente evitan que el público juvenil acceda a contenido inapropiado.
Recuerda revisar toda esta información la próxima vez que compres un juego, ya sea para ti o para tus hijos.
