El extraño y oscuro objeto del mal en América del norte se llama fentanilo.

Funcionarios de Estados Unidos de América, entre ellos el Fiscal General, el Secretario de Seguridad Nacional y el Secretario de Estado, llegaron a México para participar en el Diálogo de Alto Nivel sobre Seguridad México – Estados Unidos. En este Diálogo sobre seguridad se aborda el tráfico de fentanilo, la violencia en México y la creciente migración.

Primeramente, quisiera recordar que la Convención de Viena de 1988, de la cual nuestro país es firmante, no pide a los países catalogar como delito al consumo de drogas, lo que pide entre otras cosas, se estipula en el Artículo Tercero.

“Delitos y sanciones 1. Cada una de las Partes adoptará las medidas que sean necesarias para tipificar como delitos penales en su derecho interno, cuando se cometan intencionalmente: a) i) La producción, la fabricación, la extracción, la preparación, la oferta, la oferta para la venta, la distribución, la venta, la entrega en cualesquiera condiciones, el corretaje, el envío, el envío en tránsito, el transporte, la importación o la exportación de cualquier estupefaciente o sustancia sicotrópica en contra de lo dispuesto en la Convención de 1961, en la Convención de 1961 en su forma enmendada o en el Convenio de 1971”.

El Departamento de Estado ha afirmado que “el secretario ve la amenaza que representa el fentanilo como una prioridad importante para él y una parte específica de eso, por supuesto, son los precursores de fentanilo que se originan en China y otras partes del mundo”.

Para estimar la magnitud del daño, en 2022 en EU murieron por sobredosis 110 mil personas, 300 al día, es la primera causa de muerte entre la población de 18 a 45 años, por encima de los homicidios. Algunos dicen que la humanidad se encuentra viviendo la epidemia de drogas más letal de su historia, que supera a la época del consumo de heroína, la cocaína o las metanfetaminas.

En el mundo se realiza la cooperación en materia de control de drogas desde antes de la formación de la propia ONU, sin embargo, siempre se necesitan de acuerdos bilaterales para atender asuntos entre países, en este caso el tráfico de fentanilo.

Las declaraciones no ayudan mucho para el control de esta droga, cuando se dice que los consumidores son víctimas de sus proveedores que aparecen como victimarios, este debate nos regresa 50 años atrás cuando se dividía a los países en consumidores y productores.

Considero que los esfuerzos en la intercepción de drogas en tránsito deben dirigirse hacia lograr fronteras seguras, sobre todo en nuestro país, pues por seguridad nacional un gobierno no puede permitir fronteras porosas; esto es válido también para el tráfico de armas o de migrantes.

Cada quién debe hacer su parte, a nosotros nos toca defender nuestro territorio de los traficantes de diverso tipo con acciones en el campo, más que en el escritorio, para impedir la entrada de fentanilo o precursores químicos procedentes de otros países.

Otto Von Bismarck expresó: “A un ejército conquistador apostado en la frontera no se le detiene con elocuencia”.

*Las opiniones expresadas en esta sección son de exclusiva responsabilidad de quienes las emiten y no representan necesariamente la línea editorial del portal de noticias Ángulo 7.

Sociólogo y Maestro en Administración Pública. Ha laborado en el gobierno federal y en gobiernos locales en áreas de gobierno y seguridad. Ha sido profesor en la Universidad de las Américas y del...