Las malas condiciones de los salones y mobiliario, como bancas y sillas, del Instituto de Artes Visuales del Estado de Puebla (Iavep) persisten; ante ello, estudiantes exigen a la dirección y a la SEP hacer las reparaciones necesarias.
A tres meses de que alumnos de esta institución hicieron una protesta para reclamar esta situación, Ángulo 7 realizó un recorrido, donde observó que el inmueble ubicado en el bulevar Héroes del 5 de Mayo, número 208, presenta carencia de agua, pues a las tazas les faltaba agua, así como en los lavabos sólo cae “un hilo” del vital líquido.
Dichos sanitarios cuentan con un lavabo especial para enjuagar las manos de los estudiantes cuando usan pintura, arcilla o cualquier material para realizar sus actividades en carreras como artes plásticas, sin embargo, no cuenta con agua, como se muestra en las fotos.
Asimismo, en algunos salones se observan bancas en mal estado, rotas, pintadas o viejas, así como humedad en las paredes; algunas mesas tipo tableros de dibujo requieren bancos a la altura correcta para poder ser utilizadas, pero en su lugar se ocupan sillas de plástico blancas y se aprecia la falta de extintores.
En algunos puntos de las instalaciones, se ven montones de bancas viejas, con polvo, así como es visible que el barandal de la planta alta requiere mantenimiento, pues se encuentra desoldado.
Aunque en el instituto se aprecia la falta de mantenimiento, su situación contrasta con los pequeños cuartos que fueron construidos en uno de los patios traseros de la institución, mismos que son utilizados sólo por la Escuela Superior de Ciencias y Humanidades (también universidad pública que oferta Comunicación, Administración y Mercadotecnia) que luce en buenas condiciones al estar bien pintados, con vidrios y cortinas.
En entrevista con este medio, una alumna reportó que también persisten las goteras, la instalación eléctrica está mal y requieren de reguladores para el horno de arcilla, por lo que no pueden utilizarlo porque podría causar un corto circuito.
Lo anterior, afirmó, se refleja en su desempeño académico, pues a falta de dicho instrumento, los docentes recurren a enseñar técnicas y materiales que ya fueron aprendidos, razón por la que los estudiantes sienten que se “estancan”.
“Hay otros salones que siguen teniendo humedad o que no tienen lámparas de luz”, comentó un alumno, quien sostuvo que, aunque la Secretaría de Educación Pública (SEP) del estado intervino en las quejas que presentó el estudiantado sobre las condiciones del inmueble, los avances en las mejoras son mínimos.
Incluso, explicaron que el pasado mayo, un compañero se lastimó y solicitó el botiquín escolar para curarse, no obstante, las autoridades le brindaron una botella de agua oxigenada caducada, que como se muestra en la fotografía compartida a este medio, venció en 2020.
También, continúa desorganización administrativa
En el mismo recorrido, otra estudiante compartió que la administración encabezada por Ramírez Moreno no tiene un orden en la elaboración de horarios de clases y exámenes, situación que persiste desde hace varios ciclos escolares.
Ejemplificó que el 9 de junio les avisaron que los exámenes ordinarios arrancarían el 13; “nosotros no sabíamos, ni siquiera teníamos nuestro calendario de exámenes, de hecho a varios de los profesores les iban entregando la hoja casi casi cuando iban llegando, no hay organización”, comentaron.
Asimismo, señaló que la escuela no emite información administrativa para el periodo de prácticas profesionales, titulación o la realización de tesis.
“Han tenido problemas con ella (con la organización), la administración es un desastre, eso sí, se traen un relajo (…) ahorita tuvimos exámenes, nos habían dado un horario ya y después lo cambiaron como tres veces (…) generalmente hay problemas de ese tipo”, compartió otra compañera.
Finalmente, algunos miembros de la mesa de diálogo con la SEP para resolver los conflictos en la institución señalaron que se sienten vigilados por la directora cuando platican con compañeros e incluso no les permiten entrar a la escuela hasta que sean las 15 horas, situación que comentaron les molesta, pues es una zona peligrosa.
Aseguraron que algunos profesores les insinúan que dejen de estar de “revoltosos”, pues podrían cerrar la escuela por su culpa, no obstante, cuando externaron, su preocupación a la supervisora de educación de la zona 019, Claudia González Gutiérrez, hizo caso omiso.
Por ello, pidieron a la directora del instituto, Laura Rosalinda Ramírez Moreno, que atienda las necesidades de la escuela y cese al acoso contra los estudiantes.
R: DJ
