Comunicación asertiva, para acercarse a adolescentes: charla en Ibero
Comunicación asertiva, para acercarse a adolescentes: charla en Ibero. Foto: Especial
Comunicación asertiva, para acercarse a adolescentes: charla en Ibero
Comunicación asertiva, para acercarse a adolescentes: charla en Ibero. Foto: Especial

La comunicación asertiva es indispensable para el acercamiento con jóvenes de secundaria y bachillerato, quienes transitan por la adolescencia; en esta interacción se reconocen las ideas propias y de los demás, explicó la especialista Itzel María Pérez Méndez en la prepa Ibero.

Ante madres y padres de jóvenes que estudian en dicha institución, Pérez Méndez destacó que la asertividad requiere que una persona sea capaz de identificar y nombrar las emociones propias, explicar las causas y llegar a una solución consensuada.

“La clave está en escuchar y poder dialogar con nuestros hijos. Normalmente queremos decirles que las cosas son así y punto, cuando son personas en busca de su identidad que necesitan ser escuchados”, explicó.

Y es que, una de las quejas más recurrentes de los jóvenes es que los padres no tienen una apertura real a escuchar a sus hijos, sino que buscan obtener información precisa: estado de salud, rendimiento académico, finanzas personales, pero, en ocasiones, los adolescentes buscan ser escuchados más allá de recibir consejos o incluso ser juzgados.

Algunas acciones asertivas incluyen educar en la responsabilidad; establecer límites y normas a cumplir; inculcar habilidades sociales; impulsar el autoconcepto positivo y realista, y mantener la atención frente a cambios en la conducta que se puedan presentar, destacó.

Periodo de la adolescencia

Por otra parte, señaló que cada vez es más complejo delimitar la adolescencia, aunque en la actualidad una persona es adolescente desde los 10 hasta los 19 años, pues este periodo comprende la cúspide del desarrollo en aspectos físicos, emocionales, sexuales y mentales.

Los especialistas aseguran que la transición de la niñez a la adultez ocurre en tres etapas. Durante la adolescencia inicial (10-14 años), los jóvenes comienzan a moverse hacia el exterior motivados por la curiosidad de conocer el mundo que los rodea. Los primeros acercamientos con el alcohol y el tabaco son algunos factores de riesgo.

En la etapa intermedia (14-17 años) ocurre el distanciamiento afectivo con las familias para comenzar a acercarse a los pares en busca de afinidad en intereses. Por ello, se trata del periodo de mayor propensión a participar en actividades de riesgo. Finalmente, en la adolescencia tardía (17-19 años) se consolidan las bases de la identidad y autonomía, donde las experiencias y el acompañamiento adulto le dan al joven un primer bagaje de madurez.

Consumo de alcohol y drogas, vida sexual irresponsable, trastornos alimenticios, depresión o suicidio son algunas de las principales conductas de riesgo, mismas que pueden convertirse en catalizadores de situaciones más complejas: falta de autoestima; violencia intrafamiliar; proyectos de vida débiles; desinterés o abandono escolar, y falta de inteligencia emocional, informó la especialista.

Es necesario señalar que autoridades gubernamentales entienden que una conducta de riesgo es toda aquella que desestabiliza la integridad física, emocional o espiritual de las personas. Por esa razón, estas situaciones pueden tener efectos por el resto de la vida e incluso ponerlos en riesgo.

Editado por: GDLRP

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