¿Buscas sitios interesantes a dónde ir? Te invitamos a conocer los Pueblos Mágicos de Durango, Mapimí y Nombre de Dios. En ellos, convives con la naturaleza que formó verdaderos tesoros y visitas l edificaciones que datan de la época colonial.
Un Pueblo Mágico es un lugar con atributos simbólicos, leyendas, historia y hechos trascendentes en su cotidianidad, el gobierno de nuestro país asigna esos títulos a las localidades cautivadoras dignas de visitar por turistas nacionales y extranjeros.
A continuación te presentamos los Pueblos Mágicos de Durango ¡Echa un vistazo!
Mapimí
Esta localidad semidesértica es Pueblo Mágico desde 2012, se ganó el título por la belleza de su arquitectura y por lugares emblemáticos como el pueblo fantasma de Ojuela o la Reserva de la Biosfera Bolsón de Mapimí, donde crecen cactáceas y matorrales, así como la habitan venados, ratas canguro, tortugas, zorros, aves, pumas y reptiles.
Su historia de más de 400 años se remonta a la época prehispánica con la presencia de indígenas tobosos y cocoyomes, mismos que enfrentaron a los españoles cuando éstos descubrieron minerales valiosos y fundaron el pueblo en 1598. De esta forma, la plata, oro, cobre, plomo, zinc y manganeso fueron extraídos de la Mina de Santa Rita.
Sin embargo, la extracción de minerales terminó en 1928 por una inundación tras la explosió con dinamita que abrió el paso a las aguas subterráneas del cerro La India; actualmente la mina puede ser visitada y si te gustan las alturas, camina por el Puente de Ojuela que mide 350 metros e inspiró el diseño del Golden Gate, en San Francisco.
Si quieres un momento de relajación, acude a las Aguas termales de Pelayo. Si te da hambre, visita el Paseo Gastronómico Reforma y prueba las gorditas, enchiladas, pancita, chicharrón con nopales, cortes de carne con frijolitos y totopos, así como los panes de caja o el dulce.
Nombre de Dios
Fue incorporado al programa de Pueblos Mágicos en 2018 por sus cascadas, ojos de agua y riachuelos arbolados que forman un paisaje único, además posee iglesias virreinales como el Templo de San Francisco, ejemplo de la arquitectura religiosa del siglo XVI, es el templo católico más antiguo en el noroeste de México.
Aproximadamente en 1556 el Franciscano llamado Fray Gerónimo de Mendoza fundó la misión franciscana y celebró la primera misa en nombre de Dios y de esta forma recibió su nombre, incluso, fue establecido antes de la fundación misma de la ciudad de Durango. Visita los vestigios de nuestra historia en la Iglesia de San Pedro Apóstol que data de 1790.
En este pueblo debes visitar la caída de agua de El saltito, déjate impresionar con sus 20 metros de altura y acampa en este lugar. También visita el Ojo de Agua de Berros que posee extrañas formaciones de corteza y madera por las raíces de los árboles sabinos, también podrás escuchar las cascadas, el riachuelo y el vuelo de las libélulas que le harán justicial título de Pueblo Mágico.
Para consentir el paladar, prueba las tradicionales gorditas rellenas de una variedad de guisos, mezcal, vinos de fruta, dulces cristalizados, quesos asaderos, nopales, chiles y conservas. Si eres amante de la cerveza, visita la cervecera Duranguea y prueba esta bebida artesanal elaborada con ingredientes de calidad con un toque regional
Mapimí y Nombre de Dios además pertenecen al Camino Real de Tierra Adentro, reconocido por la UNESCO como Patrimonio Mundial, pues fue una ruta comercial para transportar la plata extraída del Bajío, entre los siglos XVI y XIX y es importante porque permitió establecer vínculos sociales, culturales y religiosos entre México y Estados Unidos.
Sin duda estos dos Pueblos Mágicos de Durango te sorprenderán, así que cuando vayas al estado del norte date un tiempo para admirar la biodiversidad de estos lugares. Sorpréndete con su historia marcada por la conquista española que a poco más de 500 años también heredó emblemáticos lugares.