El mes de septiembre no es exclusivo para que se registren movimientos telúricos en el país, ya que éstos son un fenómeno aleatorio y no hay una metodología científica para predecir con mucho tiempo de antelación la presencia de un sismo.
Lo anterior lo manifestó Eduardo Ismael Hernández, profesor de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), quien agregó que los temblores, como el registrado este 7 de septiembre con epicentro en las costas de Guerrero con magnitud de 7.1 y el de hace 4 años, sólo coincidieron con el día.
Aclaró que cada uno de ellos se presentaron con diferentes características, magnitud y lugar de aparición y que a su paso pueden dejar daños o no, por la magnitud y distancia con que se registran.
En su intervención, Hugo Ferrer Toledo, profesor investigador de la misma facultad, dijo que la gente debe contar con planes de acción ante desastres naturales de cualquier tipo, para salvaguardar su integridad y la de sus seres queridos, si se encuentran en la casa, en la escuela, en el trabajo o en algún lugar público.
Agregó que los sismos impactan de diferente forma en las construcciones modernas, ya que se puedan presentar fisuras o desprendimientos, los cuales no se consideran como daños mayores, contrario a los edificios históricos que requieren de mayores revisiones para evaluar su estado, ya que son construcciones que tienen más peso y muchos años de construcción atrás.
Finalmente, los académicos exhortaron a las personas a estar alertas ante estos fenómenos naturales, conservar la calma, tener documentos a la mano, contar con un punto de reunión y buscar las zonas más seguras en donde se puedan resguardar, así como revisar periódicamente sus inmuebles, muros, columnas y estado general de la casa, antes y después de un sismo.
Editado por: Emma Flores Flores