Cartas a Gracia
El regreso de todas las niñas, niños, adolescentes y jóvenes de educación obligatoria a todas las clases presenciales y en todas las escuelas, parecería inevitable, a pesar de una probable 4ª ola de Covid 19 Gracia. No obstante, el retorno tendría visos de ser ahora una consigna que seguirían al pie de la letra, tanto autoridades educativas federales como locales, incluidas las estructuras de mando; y, por otro lado, las alabanzas a los programas de educación en línea Aprende en Casa I y II, vertidas por Esteban Moctezuma, se convertirían en reconocimiento de afectaciones que el enclaustramiento forzado ha provocado en la salud de las y los menores, tanto que, a ellas recurriría Delfina Gómez para convencer a 1 de cada 4 alumnas y alumnos que prefieren quedarse en casa, ingeniándoselas como dios les da a entender para no perder el ritmo del aprendizaje: “en la cuestión de salud emocional y física; vemos a jóvenes que han subido de peso, manifestaciones de que hace falta la convivencia social, viene la cuestión de depresión; o sea, con muchas cosas que ya están perjudicando a nuestros niños y población juvenil”.
Tal parecería Gracia, que tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS) como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), recurrían al fomento del miedo para el logro de sus objetivos, contrapuestos; pues, mientras que la OMS enfocaría sus baterías en preservar la salud física de la población; la Unicef se enfocaría en salvaguardar la salud emocional del estudiantado; organización que comentaría -uso términos coloquiales para sintetizar sus argumentos- que, a estas alturas del partido, ya saldría más caro el caldo que las albóndigas o, que resultaría peor el remedio que la enfermedad. Una mañanera (19-08-21), en la que participaran Delfina Gómez Álvarez, titular del despacho educativo de la actual administración, Alejandro Encinas Rodríguez, subsecretario de Gobernación y Fernando Carrera Castro, representante de la UNICEF en México, entre otros personajes más, proporcionaría datos que de manera previa comentaríamos en otra carta en la que resaltáramos algunos de los datos presentados por Alejandro Encinas en los que enfatizaría en el incremento de la violencia intrafamiliar y en las agresiones en contra de las mujeres por gente cercana.
Y, aunque Delfina Gómez insistiera en señalar que el regreso a clases no ha disparado el contagio del Covid 19 en las escuelas y que las alumnas y alumnos que lo han padecido se han contagiado en casa, valdría la pena tomar en consideración que los vecinos distantes han puesto sus barbas a remojar y han iniciado procesos de revacunación -tercera dosis- y acelerado el ritmo de inoculación para quienes carecen de por lo menos una. No obstante a la consigna Gracia, notas recientes de la agencia de noticias France 24, reportarían una situación de alarma sanitaria en Alemania; país que daría cuenta de 39 676 nuevos contagios acaecidos el 9 de noviembre y del incremento de los contagios en Países Bajos y Dinamarca, mismos que vendrían de la mano con el clima invernal y al que ya han bautizado como “la cuarta ola” (https://bit.ly/3qwnOj0), que entre paréntesis, vendría de Europa, datos que deben ser tomados en cuenta por quienes gobiernan.
Sin embargo, Gracia, y en abono a las menciones vertidas por la titular del despacho educativo, valdría la pena traer a colación, algunos de los datos que muestren las condiciones de salud en que vivimos, incluidos las y los menores de edad. Una nota de Ana Lagos, publicada en marzo del 2021, en El País México (rb.gy/uujfej), destacaría datos en la que “expertos” reconocerían que “la crisis sanitaria ha impactado en la báscula de los mexicanos: unos 8,5 kilos en promedio”. En mayo del 2021, el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (Issemym) reconocería un incremento de la “obesidad y el sobrepeso durante el confinamiento por pandemia (El Sol de Toluca, 14-05-21) y alertaría sobre el aumento de la diabetes en menores de 40 años cuyo origen estaría ligado con la obesidad, enfermedad que se presentaría ya, como la primera causa de comorbilidad. La agencia Notimérica destacaría que México se ubicaría como el primer lugar infantil a nivel mundial: “patología que puede ser mortal y que afecta a tres de cada diez niños y a cuatro de cada diez adolescentes, según datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) […] enfermedad que mata a 23 mexicanos cada hora”.
Aunque la lectura de la encuesta citada se encontraría reservada a especialistas, Gracia, la depresión, segunda de las enfermedades citadas por Gómez Álvarez, estaría asociada con el deseo compulsivo por ingerir más comida de baja calidad nutricional; CNN en español (rb.gy/8hzo8k), citando datos del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades, señalaría la relación entre los dos padecimientos “cerca del 43 por ciento de las personas con depresión son obesas. […] Las personas que son obesas tienen 55% más probabilidades de estar deprimidas, y las personas con depresión, 58 por ciento más de desarrollar obesidad”.
La lista se torna interminable, y a ella, deberían agregarse, Gracia, los impactos que en niñas, niños, adolescentes y jóvenes causa encierro forzoso por casi 20 meses, decretado por las medidas sanitarias; Destacarían entre ellos, la depresión, obesidad, la hipertensión arterial juvenil, lo mismo que el sentimiento a privarse de la vida que muchas y muchos menores han experimentado. Aunque la decisión esté tomada y el regreso a clases sea una consigna obligada, con la que coincidiría la UNICEF, el resto, sociedad deberá actuar con mucha mesura.
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