El socavón de Santa María Zacatepec pudo generase por las características propias del subsuelo que hay en la región y las actividades humanas, como es el uso agrícola del agua, por lo que las empresas instaladas, como Bonafont, no estarían relacionadas.
Así lo señaló, en entrevista con Ángulo 7, Raúl Morales Escalante, de la Asociación Geohidrólogica Mexicana, quien señaló que tras darse a conocer el hundimiento en dicha junta auxiliar de Juan C. Bonilla, junto con su equipo decidió hacer un estudio independiente para analizar cuáles podrían ser los motivos.
Explicó que, en total, el acuífero del valle de Puebla tiene una dimensión estimada de 2 mil kilómetros cuadrados y la zona específica en donde se ubica el socavón, que es el noroeste, es aproximadamente de 130 kilómetros, pues va de Juan C. Bonilla a Huejotzingo, pero, de acuerdo con lo que han estudiado, no manifiesta una sobreexplotación.
Esto, porque sostuvo que para identificar esta situación, se tienen que formar conos de abatimiento, es decir, el agua subterránea se va moviendo de la parte más alta a la más baja con una superficie no plana, pero sí con una pendiente suave.
Además, cuando hay una concentración de extracción de agua subterránea se manifiesta una serie de depresiones en forma cónica, lo cual no sucede en esta zona, por lo que descartó los señalamientos de que el socavón esté relacionado con la embotelladora.
“Nosotros consideramos que no se debe a eso, sino que su origen está relacionado con las características del subsuelo por los diferentes materiales que se encuentran en esta región, y también con las actividades humanas, es una relación de los dos aspectos principalmente”, asentó.
Uso industrial del acuífero apenas el 13%
El especialista comentó que, de acuerdo con información histórica de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), del acuífero que se encuentra en el Valle de Puebla, el principal uso que se le da al agua es el que está destinado al abastecimiento público urbano-doméstico con el 62 por ciento, mientras que el que se va al uso agrícola es de 23 por ciento.
Indicó que, en conjunto por estos dos sectores, es del 85 por ciento, lo cual –dijo– suena lógico porque las ciudades de Puebla y de Cholula requieren una gran cantidad de agua y por ello hay muchos pozos perforados con este fin, por lo que el uso industrial sólo es de 13 por ciento.
Sostuvo que tan solo en la zona de la localidad de Santa María Zacatepec, los pozos dedicados para el uso agrícola del agua concentran el 55 por ciento, mientras que los que están enfocados al abastecimiento de la población es el 29 por ciento, mientras que menos del 10 por ciento es para las empresas.
Morales Escalante aseveró que esto muestra que las actividades industriales no son las únicas que extraen agua de la zona, por lo que si hay un responsable, serían todos, y ante esto dijo que los anuncios hechos por el gobierno estatal de que se van a clausurar las firmas si se detecta que tienen relación serán clausuradas, es inadecuado.
Lo anterior, porque hizo énfasis en que cerrar empresas generaría problemas económicos, pues mucha gente se quedaría sin empleo, por ello es que primero se debe tener la certeza de cuáles fueron las causas concretas que originaron el socavón.
Bonafont sólo extrae el 1% de agua del total
Y es, que dijo, al año se pueden extraer del acuífero del valle de Puebla 327 millones metros cúbicos, de los cuales “a lo mucho” Bonafont utiliza el 1 por ciento, pues tiene autorizado 19 litros por segundo, además de que son muchas las empresas que están en esta región, por lo que “resulta ilógico” decir que solo es ella.
Sumado a esto, el especialista mencionó que está relacionado con el abastecimiento rural, pues muchas de las personas que se dedican a la agricultura ocupan el agua de los pozos para regar sus parcelas, es decir, usan el agua para riego de sus cultivos.
En ese tenor, puntualizó que el socavón ha ido creciendo porque los materiales en que se formó no tienen un grado de compactación bajo y, al estar humedecidos, no soportan taludes verticales, ni pendientes, por lo que no logran una estabilidad entre su grado de cohesión y la inclinación, lo que ha originado que se vaya derrumbando.
Por ello, dijo que entre más humedecido esté el terreno, va adquirir más peso e inestabilidad, sumado a que la presencia de agua provoca que se siga colapsado y el material se vaya al fondo, por lo que será hasta que tenga una compactación más fuerte que pueda soportar el peso y no se caiga.
“Los resultados que se obtengan de los estudios de cómo es el subsuelo y los materiales que hay seguramente pueden ser de gran ayuda, ya que es necesario identificar que tan grande puede crecer el hundimiento, así como el tiempo en que pudiera durar”, concluyó.
