En México, por motivos asociados a Covid-19 o por falta de dinero o recursos no se inscribieron 5.2 millones de personas (9.6 por ciento del total de personas de 3 a 29 años) al ciclo escolar 2020-2021, mientras que 740 mil no concluyeron el ciclo previo.
Así lo dio a conocer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en su Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (Ecovid-ed) 2020.
Sobre los motivos asociados a la pandemia para no inscribirse en el ciclo escolar vigente (2020-2021) 26.6 por ciento consideró que las clases a distancia son poco funcionales para el aprendizaje; 25.3 por ciento señaló que alguno de sus padres o tutores se quedaron sin trabajo, 21.9 por ciento carece de computadora u otros dispositivos o conexión de internet para tomar clases en línea.
Para el ciclo escolar 2020-2021 se inscribieron 32.9 millones (60.6 por ciento de la población de 3 a 29 años). A su vez, más de la mitad de la población en ese rango de edad indicaron que tiene mucha disponibilidad para asistir a clases presenciales una vez que el gobierno lo permita.
740 mil no terminaron de estudiar
Respecto al ciclo 2019-2020., 33.6 millones de personas entre los 3 y 29 años estuvieron inscritas en el ciclo escolar (62 por ciento del total). De ellas, 740 mil (2.2 por ciento de los inscritos) no concluyeron el ciclo escolar: 58.9 por ciento por alguna razón asociada al Covid-19 y 8.9 por ciento por falta de dinero o recursos.
El alumnado entre 3 y 29 años que sí estuvo inscrito en el cicloescolar 2019-2020 pero que no continuó o desertó del sistema educativo en el ciclo 2020-2021 debido a la pandemia o debido a la falta de recursos económicos fue de 1.8 millones; la mayoría fue de escuelas públicas con 1.5 millones en comparación con 243 mil de escuelas privadas.
En el caso de los alumnos que no concluyeron el ciclo escolar 2019-2020, el 28.8 por ciento indicó que la razón fue que perdió contacto con sus docentes o que no pudo realizar sus tareas, el 22.4 por ciento señaló que algún miembro de la familia se quedó sin empleo y se redujeron los ingresos.
El 20.2 por ciento indicó que ya no terminó de estudiar porque su escuela cerró definitivamente tras la pandemia, el 17.7 por ciento carecía de computadora u otro dispositivo para conectarse a internet, en el 16.6 por ciento mencionaron cierres temporales de sus instituciones educativas, el 15.4 por ciento consideró que las clases a distancia fueron pocos funcionales para el aprendizaje y 14.6 por ciento señaló que sus padres o tutores no pudieron estar al pendiente de ellos.
Contexto de los que siguen estudiando
En 28.6 por ciento de las viviendas con población de 3 a 29 años inscrita se hizo un gasto adicional para comprar teléfonos inteligentes, en 26.4 por ciento para contratar servicio de internet fijo y en 20.9 por ciento para adquirir mobiliario como sillas, mesas, escritorios o adecuar espacio para el estudio.
Además, en 56.4 por ciento de las viviendas piensan que el beneficio de las clases a distancia es no poner en riesgo la salud de los alumnos, seguida de las ventajas que propicia la convivencia familiar con un 22.3 por ciento y del ahorro de dinero en gastos diversos como pasajes y materiales escolares con 19.4 por ciento.
Señalaron que las principales desventajas del estudio a distancia, están que no se aprende o se aprende menos que de manera presencial (58.3 por ciento), seguida de la falta de seguimiento al aprendizaje de los alumnos (27.1 por ciento) y de la falta de capacidad técnica o habilidad pedagógica de padres o tutores para transmitir los conocimientos (23.9 por ciento).
Cabe mencionar que el gobierno de Campeche alista un plan de regreso gradual y voluntario a las escuelas para abril próximo, siempre y cuando el semáforo epidemiológico permanezca en verde; sería el primer estado en hacerlo tras un año de pandemia.
